(Tomado del muro de Facebook de El Estado como tal)
La Habana.- La nueva empresa de cerveza en Cuba pudiera ser una buena noticia para los compradores con acceso a divisas, pero es una mala noticia para el resto de los consumidores, y profundiza una perturbadora dolarización. Falta información para poder evaluar otros aspectos.
El negocio mixto con la segunda firma cervecera de los Países Bajos (Royal Swinkels) inicialmente producirá 1,5 millones de hectolitros (Mhl), mucho más que la producción nacional en 2022 (816 mil hl).
Se informa que la cerveza “Parranda”, con un grado de alcohol de 4,8%, se venderá exclusivamente en divisas, en dos formatos en botellas de plástico. No se ha informado qué ocurrirá con las tradicionales marcas de cerveza cubana, ¿borrón y cuenta nueva?
Un nivel de producción de 1,5 Mhl de cerveza, con planes de llevarlo a 3 Mhl, en un país que en 2022 no llegó a producir 1 Mhl, luce como una decisión de crear un nuevo monopolio estatal en Cuba, con un gran poder de mercado para el socio extranjero seleccionado.
La información incompleta que se ha ofrecido no aclara si esta nueva empresa sería una “reinvención” del proyecto originalmente anunciado en 2017 de establecer una nueva fábrica de cerveza Cristal en Mariel.
La escasa información no permite conocer el riesgo potencial que pudiera existir debido a dos pleitos legales: una demanda de arbitraje de AB InBev (producía las cervezas Bucanero, Cristal y Mayabe) contra el gobierno cubano, y una demanda de AB InBev contra Royal Swinkels.
Llama la atención la manera en que está exagerándose la novedad del producto. Una nueva marca siempre es bienvenida, pero Cuba es un país con una tradición cervecera de reconocida calidad: Cristal, Hatuey, Tropical, Polar, y más recientemente Bucanero.
El embotellado en plástico PET sugiere el supuesto de una rápida rotación de inventarios porque la “vida de estante” de la cerveza en ese tipo de envase se reduce mucho frente al vidrio o el aluminio, debido a procesos de oxidación y del efecto de la luz que afectan el sabor.
Quedaría por analizar otra importante dimensión del “negocio” de la nueva cerveza “Parranda”: ¿Por qué la atracción de la inversión extranjera “triunfa” en Cuba con la cerveza y no con la producción nacional de alimentos?