(Tomado del muro de Facebook de Renay Chinea)
La Habana.- —“Gracias por todos tus libros y por lo mucho que aprendí de ti…! Un día sentado en una esquina del Vedado, terminé de leer uno de tus libros sobre Cuba, y juré emocionado que tenía que agradecerte… pues eso”— le dije…!
Y Montaner miró a aquel pobre diablo, desaliñado, atolondrado… y ahíto de emoción. Eran los días en que uno no quitaba el ojo de las fauces tenebrosas del exilio. La soledad, la precariedad… el no trabajo, el no saber… el susto…! Madrid era espantoso sin un euro…! La gente iba y venía hacia algún lugar… ¿Has sentido alguna vez ese vértigo? La peor pobreza es la que se padece rodeado de ricos. La peor tristeza, la rodeada de contentos, y la peor soledad es la que cae sobre ti rodeado de tumulto, paralizado como un pecio torpe, que no se sabe moverse en la vorágine humana.
Sentí su mano en la cabeza como un bálsamo. Y hablamos del liberalismo, de cómo conseguí sus libros, y de cómo era La Habana. Yo quería saber como él se había abierto camino en aquel terrorífico Madrid. Y el quería que le contara cómo eran los bancos de los parques de la tenebrosa Habana…! Yo quería ser y escribir como el… El quería llegar a muchos yoes…! El sentía curiosidad sobre cómo se esparcían sus libros por los escondrijos de La Habana. Hablamos un buen rato.
Me dejó un número que nunca marqué.
—No temas, que te irá muy bien… Estoy seguro…—me dijo. Y me dio su mano ancha y refinada. Era un encantador y muy culto. Me dio la impresión de que podría llegar a Presidente. Yo hubiese votado por él sin un remilgo. Hoy ha muerto.
—España es el país más sabroso del mundo, me dijo con su acento cubano! Y tenía razón. En paz descanse. Cuba ha perdido a un gran hijo, señal definitiva de que todos, cada día vamos muriendo de a poquito…! Los buenos y los malos..!
