(Tomado del muro de Facebook de Arturo Mesa)
La Habana.- “Me quiero comprar un carro” -me dice la jovencita que trabaja conmigo-, “están muy caros”. Ella tiene 18 o 19 años, está de vacaciones y trabaja en un restaurant. Por cierto, es mi jefa.
Si miro a mi alrededor la mayoría tiene esa edad y trabajan sábados en la noche, domingos, lunes y los días que haga falta, porque para ellos, el trabajo es lo que importa; o mejor dicho: lo que más importa.
A lo mejor no saben mucho de Cuba o de un sistema social u otro, pero desde que van tomando edad entienden que con un buen trabajo garantizan una parte importante del futuro, además de que … no tienen que andar “en la búsqueda”.
Puede que te paguen 10, 15, 25, 40 pesos la hora, depende de tu esfuerzo y tu preparación, puede que necesites dos trabajos si no naciste aquí, pero una cosa queda clara, tu esfuerzo se va a recompensar y tu cuerpo y alma se van a concentrar en prepararse para la larga carrera de opciones que tienes y que te van a garantizar una estabilidad. Por estos lares abundan los negocios con un cartel afuera que dice “estamos contratando”. Lo cierto es que lo que importa es el trabajo, lo que desarrolla al país es el trabajo, y lo que mantiene al mundo mirando hacia acá es el respeto al trabajo.
Detrás del trabajo también viene la honradez, el respeto y la prosperidad, es decir, todas las ecuaciones que hacen que un país prospere, genere bienestar, innovaciones y deseos de aportar. Es por ello que el presidente no habla de ética, no dice “Partido”, ni necesita engañar a la opinión internacional con frases tipo: “hemos gastado tantos millones en defender nuestra moneda”. El presidente de este país lo que hace es IMPROVISAR un discurso a la nación (por cierto, a sus 81 años no lee lo que dice) en el cual se refiere a la creación de empleos –perdí la cuenta de las veces que lo mencionó- y no a las ventajas de ser demócrata sobre ser republicano o de ser capitalista sobre ser comunista.
El presidente entiende que lo primario es el empleo, que con un empleo está garantizado el desarrollo, la honestidad, la empatía, el respeto al trabajo y con él, la posibilidad de comprarte un auto a los dieciocho años o darte una vuelta por algún país europeo.
El presidente nuestro, sin embargo, habla de salvar “al proyecto” sin que te sepa decir cuál es el proyecto; el presidente no entiende de la importancia del trabajo y por tanto seguimos cobrando 20 dólares luego de un improvisado aumento salarial que desató la inflación. El presidente mencionó la palabra “Partido” 44 veces en la Clausura de la Asamblea de esa asociación en la Habana y 17 veces mencionó la palabra “Político.” Sin embargo, la palabra “Empleo” no la mencionó ni una sola vez y el motivo es que el enfoque del presidente es defender un concepto difuso sin tener un plan para ello y el motivo también es que para el presidente, el trabajo no importa; lo importante es serle fiel al Partido de ahí que jamás podremos comprarnos un auto a los dieciocho años ni podremos viajar por el mundo. ¿Opción? ¿Irse? Por cierto, el único que va en guagua a trabajar soy yo, lo que….si dice que pasa a las 4 con 23 minutos pasa a las 4 con 23 minutos.
Solo nosotros decidiremos si cambiamos el enfoque de que lo que importa es el Partido o si seguimos a la espera de que se nos asigne un transporte chapa estatal. Nuestras honradas vidas, no merecen eso.
Lo que importa señor presidente, es el trabajo o como asegura una frase por estos lares: ¡Es la economía, mi genio!
