La Habana.- La Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la organización que creó Fidel Castro para involucrar a todas las féminas del país desde los 14 años con la intención de mantenerlas controladas, realizó un pleno nacional en el que se habló de violencia de género y en el escenario familiar, pero sin hacer énfasis en la cantidad de feminicidios que han ocurrido en el país en lo que va de año.
O al menos eso fue lo que reflejó Granma en una de sus notas, en la cual recuerda que “el Estado cubano garantiza la plena igualdad de los hombres y las mujeres, sus derecho sexuales y reproductivos, y la protección ante cualquier manifestación de violencia de género”.
Según el rotativo, cuyos periodistas son especialistas en no decir nada, “el debate mostró experiencias positivas y alertó sobre las deficiencias en torno a la estrategia pactada a nivel social para enfrentar y abordar el fenómeno de una manera multidisciplinaria”, en referencia a la violencia de género por los casi 45 casos de feminicidios ocurridos en el país en el primer semestre del año, de los cuales Granma no ha dado cuenta.
Hasta ahora, nadie se ha pronunciado en Cuba sobre el tema. Solo los influencers, los medios independientes y algunas organizaciones clandestinas, quienes intentan hacer públicos los casos, aunque a veces las informaciones llegan demasiado tarde, porque no aparecen las formas para confirmarlos.
Pero el gobierno, aunque no dé su brazo a torcer, como ha sido normal por más de 60 años, lo sabe. Hace un par de semanas crearon una especie de defensoría, en una reunión en la que participaron la presidenta de la FMC, Teresa Amarelle Boué, y representantes de la Fiscalía General, y ahora dedican el XI Pleno a la violencia de género, pero todo como si fuera una actividad más, de esas reuniones comunes y aburridas que se celebran en Cuba.
Lo cierto es que están aterrados con la violencia que hay en el país, y la de género no es menos importante, todo eso como consecuencia de la enorme crisis económica, sumada a la de valores, provocada por la incapacidad del propio gobierno.
Al ritmo que va el país, los feminicidios se pueden triplicar de un año a otro, sin que el gobierno tome cartas en el asunto, sin que la televisión le dedique espacios ni mensajes educativos, porque hacerlo sería como admitir que hay un gran problema en Cuba, y eso no lo aceptará nunca la dictadura castrocomunista.
Para resolver un problema, ante todo hay que admitir que existe. Los que dirigen deben aceptarlo, hacerse responsables, y luego trabajar en su solución. Pero mientras intentes convencer al pueblo de que todo está bien, de que la muerte de 45 mujeres en seis meses son apenas hechos aislados, no aparecerá la solución.
https://www.granma.cu/cuba/2023-06-23/cuba-defiende-la-plena-igualdad-de-los-hombres-y-las-mujeres
En Cuba no hay como denunciar, y si lo haces no te prestan atención. Hubo un caso a principios de año, incluso, en el que una jovencita llegó corriendo a la unidad de policía de Camalote, en Camagüey, para solicitar ayuda y solo después de que el asesino le diera dos machetazos, el oficial presente hizo algo.
La policía cubana está solo para proteger al gobierno, para perseguir a algún opositor que salga a la calle con un cartel, o que grite que tiene hambre o quiere libertad. Para lo demás impera la ley del más fuerte, y los agentes del orden no se inmiscuyen, a pesar de autoconsiderarse la quinta mejor policía del mundo. Así de sencillo