(Tomado del muro de Facebook de Juan Vilar)
La Habana.- El cineasta Juan Vilar ofrece su versión sobre la reunión entre los cineastas y una representación de la alta dirigencia cubana relacionada con la cultura. Vale la pena leer sus consideraciones, porque ofrecen claridad sobre lo ocurrido. Como siempre, la parte gubernamental no dejó grabar y luego dio su versión. Acá va la versión de Vilar:
Como advertí, y que quede en la memoria de aquellos que cabildearon no grabar: Ahora no se quejen por la narrativa oficial. Sabiendo lo que iba a pasar, leí mis dos intervenciones. Aquí mis textos:
1
Buenos días, disculpen mi facha, pero me encontraba en San Antonio y no tuve hasta ahora, que la lucidez, el cariño y el respeto de algunas amigas y amigos, posibilitaron que yo asistiera a esta reunión. Espero que algunos de los jóvenes presentes la estén grabando, porque le estará haciendo mucho bien, a los archivos de la cultura cubana, desde muchos puntos de vista. Esta vez, nadie tendrá que conseguir clandestinamente un archivo de audio o imagen, e imponer, casi siempre para bien, su narrativa sobre cualquier pasaje de lo vivido. Como ha ocurrido con la reunión de Fidel con la AHS en 1988, y con la reciente encerrona del 27N.
Quienes a nombre del pueblo censuran, no deben tener inconveniente en que el pueblo los escuche razonar y mucho menos, el mundo. Las ideas se defienden dando la cara y sin apelar a procesos tramposos e ilegales, mucho menos a procesos que nos criminalizan por el solo delito de expresar, libremente, nuestro desacuerdo con las políticas inconstitucionales y, específicamente, denunciar la camisa de fuerza que representan las Palabras a los Intelectuales.
Si nuestro gobierno y los que en las instituciones culturales lo representan, conciben su panorama contextual como dentro de una guerra, no tienen derecho a imponer, generación tras generación, esa narrativa de manera soberbia, antidemocrática y represiva.
Voy al centro del dilema. El documental no miente. Es el testimonio de un artista que no milita en el Partido ni se debe al ministerio de cultura. Su relación con el pueblo no pasa por las sucesivas políticas de cuadro, al contrario, se debe a su percepción sobre nuestra realidad. Quien conoce a Fito sabe que es ofensivo pensar e inducir que un director cubano o de cualquier parte de este planeta, pueda manipularlo. Muchísimo menos yo, que soy su amigo y lo respeto y me respeto.
Desde su primera presentación en Cuba se le viene cuestionando, además, ha sido maltratado y humillado el más revolucionario de los artistas cubanos vivos, y él lo sabe y lo sintió, me refiero a Pablo Milanés. Cuya relación con Fito y conmigo fue y es de respeto, amor, y un profundo agradecimiento a él.
Sí fue robado y exhibido ilegalmente el documental. Porque se lo advertí a Fernando Rojas y a Samada. Yo no tenía inconveniente, pero le tenía que consultar al Productor Ricardo Figueredo porque él y las Distribuidoras, son los verdaderos dueños de la película. Y un productor argentino, que está insultado porque su inversión está en peligro.
Fueron estos funcionarios quienes colocaron en peligro a este productor argentino, y ofendieron a Fito Páez.
Lo que está en juego es el derecho de todo artista de, sin mentir, exponer libremente su punto de vista sobre cualquier hecho o narrativa de nuestra historia. Es algo a lo que no debemos continuar renunciando, al menos yo no lo haré. No somos religiosos. No puedo aceptar como intelectual que se me impida exponer mi punto de vista sobre cualquier hecho de nuestra historia.
La esencia de este debate no es la censura, es el derecho y el papel que juegan los intelectuales en una sociedad que ya no se parece a la que se involucraron nuestros abuelos y padres.
Si dejan pasar este acto, condenaran el futuro del cine y la cultura cubana, otra vez, una vez más, al medioevo de un hecho.
2
Compañera Inés Chapman, quiero dirigirme, específicamente, a usted. Como usted puede constatar, son tantas las penas que se agolpan. Y quiero transmitirle a usted mi opinión sincera.
Con las personas que están sentadas a su alrededor, que usurpan y mal utilizan lo que es ser revolucionario, las instituciones que ellos representan corren el peligro de profundizar la ruptura.
Esa es mi opinión sincera desde el 27 de noviembre. El liderazgo de la revolución cubana y la dirección del pais que usted representa, no debe continuar siendo representado por estas personas, porque los problemas graves de esta mañana, se van a multiplicar. Ellos no han sabido resolver para lo que están nombrados y solo han creado diferencias y abismos entre nosotros. Han utilizado los instrumentos mediáticos del Estado para calumniar, para manipular al pueblo.
Fito Páez y su mánager van a responder a esta novela rosa que algunos de estos funcionarios han pretendido dar. Si no existieran las redes sociales, si no hubieran fracasado en sus intenciones de dialogar con Fito, me hubieran criminalizado y posiblemente inventado una causa con fines más profundos. Pero esta situación y la respuesta de numerosos artistas e intelectuales, por lo menos demuestra, que estas personas no tienen un ápice de convocatoria real en el medio que dirigen.
Mis hijos no tienen miedo, son descendientes de leonas y leones. Nosotros no tenemos miedo. Pero esas personas que la rodean, ni son jóvenes, ni son revolucionarios. Y colocan a nuestro país y a nuestra cultura en situaciones cada día más insalvables. Cuando menos, son cerebros vencidos de un modelo de sociedad represiva, autoritaria y antidemocrática. Es decir, una sociedad muy poco revolucionaria.
Si los criterios en que la dirección del pais se basa para nombrar como sus representantes en las instituciones culturales a estas personas que los han llevado a esta situación continúan, estarán condenando a un contrasentido sin rumbo, a la revolución que fundaron y juran defender.