Por Nelson De La Rosa Rodríguez
Santo Domingo.- Nunca antes los jueces de la Gimnasia Artística, que entonces se llamaba Gimnástica, habían calificado una ejecución de manera perfecta, hasta que el 18 de Julio de 1976, (cuando mi madre cumplía 24 años), compitió en la cita estival una jovencita rumana.
En aquel año 1976 las Águilas Cibaeñas ganaron la Liga invernal dominicana, Naranjeros de Hermosillo alcanzó en el estadio Quisqueya la primera corona de México en Series del Caribe y en el verano, la ciudad de Montreal, en Canadá, celebró los Juegos Olímpicos.
Nadia Comaneci tenía solo 14 años, pero ya se codeaba con las mejores gimnastas europeas. En los Juegos Olímpicos de Montreal se disputaba la rutina en la competencia por equipos y le tocó mostrar sus habilidades en las siempre complejas y difíciles Barras Asimétricas.
Su “selección” duró 22 segundos y fueron los 22 segundos más espectaculares nunca antes visto en la historia de ese deporte.
Al dar a conocer la calificación, hubo unos segundos de confusión porque en el marcador electrónico apareció 1.00. Nadie entendía nada.
Entonces se hizo la aclaración, hasta entonces se consideraba que la máxima puntuación era 9.95 y las pizarras no estaban preparadas para registrar un 10.00, por lo que los jueces dijeron que ese 1.00 significaba 10.00. Entonces el público estalló de júbilo, mientras la adolescente rumana, quizás hasta nerviosa y sin comprender mucho lo que había realizado, solo mostraba una sonrisa.
Daniel Baumany, director de Swiss Timing, recuerda que le comentaron que lograr un 10 «era imposible» y por eso solo hicieron un tablero para tres dígitos.
En aquellos Juegos de Montreal, Nadia Comaneci, quien tiene historias para contar dentro y fuera de los tapices, obtuvo tres medallas de oro, una de plata y una de bronce. Se retiró en 1981, con un total de 12 preseas en torneos europeos, 4 en campeonatos mundiales y 9 en Juegos Olímpicos.
Por hoy es todo, en nuestra próxima emisión viviremos, como es mismo día, otro de los acontecimientos tan memorables que se convierten en históricos.