(Tomado de la página de Facebook de El Estado como tal)
La Habana.- ¿Quién gana y quién pierde con la inflación en Cuba? Pregunta importante sobre la que una reciente nota de prensa oficial ofrece evidencia interesante: gana la empresa y el presupuesto estatal y pierde el trabajador estatal. Una conclusión predecible confirmada por el dato.
Entre marzo de 2022 y de 2023 se produjo un incremento de 52% en las utilidades de las empresas estatales que obtuvieron ganancias, pero el salario medio estatal creció solamente 26% en el mismo período, a pesar de que el costo de la vida aumentó 46,4%
La narrativa oficial de un sistema empresarial estatal que avanza, aún en medio de la estanflación, parece haber olvidado que el bienestar de los asalariados estatales debe ser parte de cualquier evaluación. Son la principal “fuerza productiva” de ese “sistema” empresarial.
El asunto no se limita a la notable disparidad de las cifras de crecimiento de utilidades y salarios, sino que puede establecerse plausiblemente una relación de causalidad: en un entorno inflacionario las utilidades crecen porque las empresas frenan el crecimiento salarial.
Una parte de las empresas estatales cubanas obtienen utilidades no solamente porque aumentan precios que permiten recuperar el mayor costo de los insumos, sino porque también reducen el salario real de sus trabajadores (un aumento salarial inferior a la inflación).
Conviene entender que una eventual nueva ley de empresas en Cuba tiene como punto de partida un enfoque arcaico de “planificación” (esencialmente la reforma Kosygin-Liberman de 1965), una espiral ascendente de utilidades y una espiral descendente de salarios reales.