Por Jorge Sotero
La Habana.- El impuesto presidente de Cuba estuvo en el Vaticano y se reunió con el papa Francisco, a pesar de que, antes de salir de esta capital, la Cancillería había dicho, comunicado mediante, que no habría encuentro alguno entre el mandatario y Su Santidad.
Apenas unas horas después, pocas horas tras de aterrizar en Roma, los medios cubanos, y las cuentas de Twitter de los allegados al Hombre de la Limonada hablan de un encuentro entre los dos jefes de Estado, el de uno de los países más pobres del mundo, y el guía espiritual de varios cientos de millones de personas.
El diario Granma, uno de los periódicos menos creíbles del mundo, sino el que más, dice que “como primera actividad de su agenda de trabajo este martes, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, fue recibido en audiencia privada por el Papa Francisco, en la Oficina del Aula Paolo VI, de la Santa Sede”.
Y yo me pregunto: ¿para qué mentir, qué necesidad tienen de engañar a los lectores y a los cubanos, para qué decir una cosa y hacer otra?
Pero la respuesta es fácil de encontrar: por esa maldita costumbre de hacerlo siempre, de manejar a la opinión pública a su antojo, como han hecho desde que asumieron el poder en 1959. Por una costumbre que no cambia ni cambiará, y si alguien tiene dudas, que revise la declaración de la Cancillería, o que busque los discursos de Díaz Canel cuando fueron a instaurar el ordenamiento o a poner las tiendas en divisas.
Es una enfermiza costumbre de ocultar la verdad. Y claro, siempre habrá anormales que los justificarán. Seguro que dirán que era necesario porque ‘el imperio esto, o aquello’, o porque los supuestos mercenarios pagados por no sé quién se podrían emboscar cerca de los muros del Vaticano o de la plaza de San Pedro para gritar por la libertad de los presos políticos, que superan el millar en la isla desde el 11 de julio de 2021.
Según la cuenta de Twitter de Díaz Canel, “Fue una conversación franca. Confirmamos amplias coincidencias en temas acuciantes de la agenda internacional para la humanidad”. Todo una media verdad, porque de seguro el Sumo Pontífice no lo recibió para ponerse al día de la situación mundial, solo que nosotros tenemos que creernos que de esos temas hablaron ambos. Y nada más.
Y claro, como no podía ser de otra forma, el Obispo de Roma, según Díaz Canel, abordó “la realidad cubana actual, en particular el severo impacto en nuestra población del bloqueo económico recrudecido”.
Aunque solo ha trascendido que Díaz Canel hizo algunos obsequios a Francisco, y que este le regaló una obra de arte de bronce, que representa una paloma con una rama de olivo con la inscripción: “Sed mensajeros de la paz”.
Antes, algunos ciudadanos cubanos se manifestaron en la Vía della Concilizione, la calle ancha que llega hasta la Basílica de San Pedro, pidieron respeto por los derechos humanos en Cuba y criticaron la postura del Santo Padre al recibir al hombre que dio la orden de reprimir a la población indefensa que salió a protestar, el 11 de julio de 2021.