Por Jorge Sotero
La Habana.- Toda la situación creada alrededor de Alina Bárbara López Hernández, los accidentes acá y allá, los apagones, y la visita de Manuel Marrero a Rusia provocaron que pasara por alto una nota de Granma este sábado, en la cual, entre líneas, anuncia la creación de la Dirección Nacional de Defensoría en Cuba para evitar, entre otras cosas, los disparados casos de feminicidio.
Dicho así, incluso si lees la nota completa, pensarás que este escribiente se volvió loco, porque no hace referencia a las muertes de mujeres por violencia de género, pero ya sabemos que el castrismo y su sistema de prensa es especialista en escribir sin decir nada, o en decir algo para que la gente interprete lo que quiera y este es uno de los casos más elocuentes.
https://www.granma.cu/cuba/2023-06-17/queda-instituida-direccion-nacional-de-defensoria-en-cuba
Hay que ser un especialista en eso de analizar lo que quieren decir los medios oficialistas, y admito que lo soy, para darse cuenta, entre unas líneas enrevesadas, que el gobierno, al fin, se pronuncia sobre los feminicidios, aunque no lo dice por ninguna parte.
El lead de la información dice que “la Dirección Nacional de Defensoría se instituyó este viernes en la sede del Ministerio de Justicia (Minjus) con la presencia de Teresa Amarelle Boué, mimebro del Buró político del Comité Central del Partido y secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
Si lo lees linealmente, pasa como una insípida información más, de esas que son tan habituales cada día en las ediciones de Granma. Pero esta vez hay algo detrás, y es la presencia de la presidenta de la FMC entre el grupo de juristas y viceministros que estuvieron presentes. Si hubiera sido una Defensoría de las normales, como las de otros países, hubieran incluido en la reunión a representantes de sindicatos, de campesinos, de organizaciones estudiantiles, pero no, solo estuvo la de las mujeres.
Eso quiere decir, aunque no lo diga en ningún momento del despacho, que el gobierno cubano está alarmado con la cantidad de feminicidios ocurridos en el país, que ya llegaron a 40, cuando apenas vamos por la mitad del sexto mes del año, seis más que todas las ocurridas en 2022.
Amarelle, según Granma, “opinó que este suceso es una muestra clara de la determinación del Gobierno de la Mayor de las Antillas de fortalecer las estructuras y mecanismos encargados de garantizar el respeto a los derechos de los ciudadanos y de responder a una serie de desigualdades e inseguridades que no tienen cabida en el proyecto cubano”. Más claro ni el agua: los feminicidios alarman a Díaz Canel y compañía y, como quien no quiere las cosas- deciden tomar cartas en el asunto.
La nota de Granma, que replica en parte una similar de la Agencia Cubana de Noticias, no habla claro jamás, pero hace referencias al nuevo Código de las Familias, al ámbito familiar, a estrategias comunicativas, y algunas palabras más que permiten darse cuenta de que la Defensoría tendrá como prioridad los casos de feminicidio.
La creación de este nuevo órgano, por sí solo no garantiza nada. Porque nosotros sabemos que en Cuba se crean instituciones que luego ni pintan ni dan color y esta puede ser una más. Para luchar contra la violencia de género es necesario una campaña urgente en los medios, que incluya información sobre las condenas a cada uno de los culpables, y una labor preventiva como tal vez nunca se llevó a cabo en el país.
Además, es importante la habilitación de números para denunciar, atendidos con personas con capacidad para darse cuenta de que ocurre algo sin que quien llame le diga abiertamente que está siendo objeto de abuso por parte de la pareja, o de un hombre.
De eso no habla la nota de Granma. El referido medio solo intenta decir algo que no quiere, anunciar algo que no tiene claro, complacer a los gobernantes con la publicación de algo sobre lo que el mundo -ni los cubanos- deben saber. Así funciona Cuba, y ese es el modo de actuar de los medios de prensa subordinados al castrocomunismo.
