(Tomado del muro de Facebook de Alina Bárbara López Hernández)
La Habana.- En el último año he recibido dos ofrecimientos de becas para académicos en peligro. Una de ellas al menos vino de una persona que creí por mucho tiempo mi amigo y que a la postre resultó ser un colaborador de Seguridad del Estado, por lo que deduzco que de allí venía la intención de estimular mi salida de Cuba. La segunda vez fue en abril pasado, poco después de que me manifestara en Matanzas el día 6 de ese mes.
En ambas ocasiones rechacé la posibilidad de exiliarme. Créanme que no critico a nadie que lo haya hecho, más sabiendo que en algunos casos ha sido por presiones y amenazas sobre familiares incluso, y en todos los casos motivados por la horrible existencia que aquí llevamos. Pero decidí hace mucho que voy a quedarme en mi país y que quiero acompañar desde dentro un proceso de cambios lento, desgastante, agotador, pero indetenible; como indetenible es la marcha de la historia.
Mi punto es que Seguridad del Estado, que todo lo sabe, conoce perfectamente mi determinación. Por ello resulta muy raro que no me quieran permitir sacar un pasaporte para viajar a un evento académico el próximo agosto. Es muy posible que estén intentando aplicar psicología inversa para que me esfuerce, como sin dudas haré, por restituir mi derecho a la libertad de movimiento, y cuando lo logre intenten prohibir mi retorno a Cuba, como han hecho ya con varios compatriotas.
Si fuera ese el plan les advierto: cuidado, lucharía por regresar con igual valor al que lucharé por salir; no quedará un foro internacional al que no llegue a denunciar lo que ocurre en mi país, hasta la ONU si fuera necesario. Dicho esto, explicaré lo que pienso hacer mañana 14 de junio.
II
¿Qué mejor día para una manifestación que el aniversario del natalicio de Antonio Maceo? Otros compatriotas también lo harán en La Habana para exigir la libertad de los presos políticos, demanda a la que me sumo igualmente. Esta frase del Titán de Bronce: “mendigar derechos es cosa de cobardes”, debiera ser la estrella Polar que guíe los pasos de cada cubano en un país como el nuestro.
Precisamente esa frase estará en uno de los carteles que llevaré. En el otro aparecen los artículos de la Constitución de la República por los cuales estoy manifestándome. Espero que no los consideren carteles “contrarrevolucionarios”. Sería el colmo.
Estaré en el Parque de la Libertad en horas del mediodía, luego de asistir a un evento en homenaje a Ediciones Matanzas que se celebrará en la mañana. Allí caminaré durante varias horas, con sombrilla y agua para hidratarme. Alerto que no estoy dispuesta a conversar con nadie que pretenda convencerme de abandonar mi acción. Solo quiero escuchar estas palabras: “Ya no está usted regulada”. Si no es para decirlas no pierdan su tiempo. Cada semana haré lo mismo.
Espero que no pretendan detenerme pues no violaré ley alguna, en tanto, si me detuvieran, ustedes sí estarían violentando, por enésima vez, una constitución que fue aprobada, como gusta enfatizarse en medios oficiales, por la mayoría de las ciudadanas y ciudadanos, y en la que el derecho a manifestación pacífica está refrendado.
No obstante, sepan que estoy dispuesta a ir a prisión si fuera necesario antes de renunciar a mi derecho a viajar. Mis hijas son maduras y adultas y sabrán cuidarse, mi familia, la de dentro y la de fuera, y muchos amigos queridos estarán pendientes siempre de ellas.
Cualquier decisión que se tome es para mí ganar-ganar: si me retiran la regulación habré ejercido una especie de pedagogía social al demostrar que el camino es luchar por cada derecho, de manera pacífica y legal, pero decidida. Si voy a prisión, desde dentro sabré defenderme y llamaré una vez más la atención de la ciudadanía y del mundo hacia la violación constante de derechos humanos en Cuba.
III
El 25 de mayo fui invitada en La Habana a un intercambio con Josep Borrell, Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea. No comentaré en detalles lo que ahí se habló por la debida discreción a que me siento comprometida. Entre las cosas que expliqué, una fue la importancia de que la Unión Europea intente mediar para lograr la liberación de los presos políticos, pero aclaré que esa no es la solución al enorme conflicto existente entre un estado opresor y una ciudadanía indefensa. Estas fueron mis palabras: “el sistema político cubano es una fábrica en potencia de nuevos presos políticos”. Espero que si voy a prisión recuerde lo que allí dije.
IV
Casi al concluir estas líneas tocan a mi puerta. Dos amables muchachas, oficiales de la PNR, con una citación a “Entrevista” en la PNR a las 4pm. Las invité a sentarse y les expliqué que esa citación es ilegal al no existir causa legal abierta en la que yo sea testigo o acusada. Una de ellas, con grados de capitana, recibió en su móvil una llamada del jefe que evidentemente le preguntó si habían entregado la citación, ella le dijo que mi respuesta fue negativa. No leí, ni firmé, ni siquiera toqué la cédula. Le pedí que transmitiera a su jefe que la única frase que estoy dispuesta a escuchar es: “Ya no está usted regulada”, y que mañana estaría manifestándome en el Parque de eufemístico nombre.