(Tomado del muro de Facebook de Javier Bobadilla)
La Habana.- Yo no tengo ningún problema con los rusos. Conozco a varios, con negocios en Cuba. Son gente trabajadora, inteligente, y les gusta Cuba, lo que, para mí, es un plus.
Ya que estamos, tampoco tengo un problema con el Gobierno ruso. Ellos están mirando un producto que está a la venta -mi país-, y están calculando si será mejor alquilarlo, o comprarlo para usarlo un rato y después devolverlo. Porque comprarlo, comprado, todo el mundo sabe que no es negocio.
En el fondo fondo, ni siquiera tengo un problema con Putin. Ha decidido estrellar alegremente su país contra la 3ra Guerra Mundial, y ahí le va.
Sí, porque lo que hay allá es una guerra mundial. Esa gente en la frontera de Ucrania con Rusia están jugando de manos pesaísimo. Ya pasamos de la guerra tradicional a la guerra fría, a la guerra sucia, y a la guerra del «yo no fui». Porque en esta guerra, nunca fue nadie. La batalla va y viene por encima de unas ciudades que ya son menos que escombros a ras del suelo, y nadie las bombardeó. Al Kremlin le meten un trastazo, y tampoco fue nadie. En Kajovka se cargan una presa, se inunda un área casi del tamaño de La Habana, se ahogan rusos, ucranianos, vacas, puercos, pollos, y para ponerle la tapa al pomo, se queda sin suministro de agua una central nuclear. Las centrales nucleares necesitan mucha agua para enfriar, porque si no, se funden. Literalmente. Se funden el acero y el concreto, se derriten y se evaporan cosas que usted no sabía que se podían evaporar, y todo se vuelve radioactivo.
Y no fue nadie. Los dos dicen que fue el otro. Y la realidad es que cualquiera que lo haya hecho, se sacó un ojo para dejar al otro ciego.
Los ucranianos todavía no están usando los F-16, pero cuando empiecen, llevarán el desmadre a un nivel superior. Putin está buscando mercenarios aficionados, porque los Wagner, que son profesionales, cuestan muy caro. Esto no es la Gran Guerra Patria, los rusos no quieren seguirlo en su locura.
Yo tengo unos números aquí, para que vean el poco sentido que tiene el que Rusia quiera unas tierras para agricultura en Cuba.
Rusia es 155 veces más grande que Cuba. La superficie cultivable de Rusia es 11 veces y media más grande que Cuba entera, y 30 veces más grande que la superficie cultivable de Cuba.
¿Me van a decir que los rusos, en medio de una guerra -que es prácticamente contra la OTAN- sintieron una necesidad insoportable de comer guayaba y aguacate, y van a venir a cultivarlo aquí?
Ese cuento se lo cuentan a los Pañuelos Rojos, que son jóvenes y no saben nada de la vida. Yo me crié a 20km de una base militar rusa, de la que nunca se hablaba, porque la mala era la americana. No me vengan a hablar de agricultura.
Rusia, ahora mismo no puede, ni soñando, hacer la inversión esa que cuenta el mensaje que anda dando vueltas por aquí. Está atrapada en una guerra feroz que la OTAN no quiere que se termine, y que está consumiendo sus recursos aceleradamente. Necesita presionar a los EEUU con algo, y qué mejor que la vieja y estrujada Cuba para volver a coger pa’ eso.
Vuelve a repetirse la historia. Vuelven a encontrarnos en un momento de desesperación económica. Vuelven a venderle protección al gobierno de Cuba. Antes le vendieron protección contra los EEUU, ahora le venden protección contra su propio pueblo.
Sigo sin tener nada en contra de los rusos, ni contra el Gobierno ruso, ni contra Putin. Si a uno le proponen un negocio ventajoso, lo más normal de esta vida -y lo más inteligente- es estudiarlo, y ver la forma de hacerlo aún más ventajoso. Cómo obtener más dando menos, esa es la meta del negociador. Aquí, de eso sabemos muy poco. Siempre hemos dado mucho por muy poco, porque no tenemos autoestima, ni autoconfianza.
Tengo un socio que me dice que si mañana amanecemos siendo un óblast libre asociado, él no tiene ningún problema con eso. Discrepo con él, no porque sea malo ser un óblast en el imperio de un loco, sino porque tenemos las mismas probabilidades de convertirnos en Kaliningrado que de convertirnos en Puerto Rico. Absolutamente ninguna. La carne rusa en moneda nacional, espérenla sentados, y mientras esperan, no olviden que uno se da su propio valor.
EEUU, viendo lo que se incuba, se curó en salud, y publicó una noticia en el Wall Street Journal, diciendo que Cuba había aceptado construir una base de espionaje china. Si hacen memoria, recordarán lo caro que nos costó el problema de los ataques sónicos. Esto, ahora, no tiene precio. Yo no sé si la base china es verdad, pero por cosas como esta han invadido países, sin necesidad de que sea verdad.
Ahora, tranquilos. China no iba a poner ninguna base -o sí-, pero ahora sí no la va a poner. Rusia tampoco va a poner nada, y se va a tener que conformar con los cubanos que quieran ir a su guerra a cambio de residencia rusa, y con mandar rusos a tirarse fotos en el almendrón rosado. A nosotros nos van a caer una pila de restricciones y sanciones, como es costumbre cada vez que un tipo con poderes plenipotenciarios y más barriga que cerebro tiene una idea genial.
¿Nos metimos en la bronca de los grandes pensando que nos sabíamos fajar? ¿Nos metimos en la Unión Económica Euroasiática pensando que iba a ser el nuevo CAME? ¿Nos pensamos que podíamos ser un enclave anti-OTAN a 150km de los EEUU? Obviamente pensar no es nuestro fuerte.
Yo, por mi parte, me cansé hace tiempo de esperar la carne rusa, como mismo me cansé de esperar a ver si me dan una mejor comida enlatada, o si cambia La Cosa, o si Ponen A Uno Diferente, o si Ahora Sí Construyen El Socialismo. Me cansé de que mi vida se dicte en base a intereses, malas decisiones y errores de negociación de una casta sin conexión ninguna con la vida real, supuestamente elegida por un poder superior para gobernar. Mi país nunca ha sido mío. Siempre ha sido del que nos mantiene, según la etapa histórica.
En una cosa estoy completamente de acuerdo con la Asamblea, y los apoyo en su decisión. Cualquier silla será más útil vacía, que con uno de ellos sentado.
Yo, repito, no tengo problemas con los rusos. El dólar está a 200CUP. El salario mínimo está en $10USD. Mi país se vende con todo adentro, incluyéndome, y mi problema no es con quien lo compra, sino con quien lo vende. El negocio es redondo, para el que lo quiera aceptar.