Los ridículos de la dictadura y la ‘buena fe’ de Israel Rojas

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Por Jorge Sotero
La Habana.- Buena fe no quiso que el gobierno cubano le rindiera homenaje. No quiso actos de desagravio o veneración, con diplomas o cuadros de dudosa calidad. La intención era llegar a casa de manera inadvertida y continuar con su vida normal, como si en España no hubiera pasado nada. Pero no fue posible.

Durante muchos días, las redes sociales de los que gobiernan en Cuba se llenaron de mensajes de apoyo al dúo, cuyo paso por la Madre Patria dejó más penas que glorias. Las cuentas de Twitter del presidente cubano, Miguel Díaz Canel, y de su esposa, Liz Cuesta, amanecían cada día con alguna publicación en la que remarcaban el acoso que sufrían los artistas en tierras españolas, donde les suspendieron varios conciertos, por la presión de un grupo de cubanos, valientes y solidarios con los que verdaderamente sufren en Cuba.
Los odiadores, como los llamaron los voceros de la dictadura desde el Minrex, desde la presidencia, el ministerio de Cultura, la Uneac y cuanta institución hubiera, apelaron a lo mismo de siempre, a que aquellos que se opusieron a la presencia del dúo en España estaban pagados desde Miami, desde donde mismo salieron las enormes fortunas que se gastaron para instigar las protestas en Nuevitas o Caimanera.
Incluso, la masiva manifestación del 11 de julio de 2021, según el Hombre de la Limonada, fue sufragada con dinero de Miami. Nada, que los defensores del castrismo y sus brazos ejecutantes no se cansan de hacer el ridículo cada día. Para ellos es común convertirse en meme, o mentir, quedar en entredicho o provocar hilaridad.

Y saben por qué caen en todas esas cosas, en ese apoyo a ultranza, en esas felicitaciones absurdas y superfluas, porque no tienen ya de dónde agarrarse. Yo quiero recordar que el mandatario reimpuesto para otros cinco años al frente del país felicitó a un boxeador por un título mundial, y el campeón se quedó en Panamá a su regreso a Cuba.
Igual, felicitó a los campeones mundiales de béisbol cinco, algo que casi nadie sabe lo que es, pero que en buen cubano se llama Cuatro Esquinas. Lo mismo, hubiera felicitado a un campeón de Quimbumbia o de yaquis, esos juegos que han pasado de moda.
También le dio la enhorabuena al equipo de béisbol. No se sabe si por haber llegado a las semifinales en Miami, por la paliza que le dio Estados Unidos, o por la suerte que tuvieron de clasificarse y pasar de ronda como primeros de grupo en Taipei, luego de dos derrotas en el comienzo del Clásico Mundial.

Lo cierto es que el Twitter de Díaz Canel está listo siempre para una nueva publicación, para felicitar a cualquiera por un cumpleaños, para recordar hechos históricos, sobre todo los vinculados al sátrapa mayor, o para respaldar al cque esté de parte del régimen, entre los cuales, por supuesto, no puede faltar Buena fe.
El dúo, insisto, no quiso homenajes ni reconocimientos. Casi que lo imploraron, lo pidieron, enviaron cartas para que no hubiera ninguna marcha ni ningún acto de desagravio. Solo querían llegar de España e irse a la tranquilidad de sus respectivas casas a descansar, y no verse enrolados en esas caravanas que le tenían planificada la Federación Estudiantil Universitaria en cada centro de la Educación Superior.
Tan sanos, tan desinteresados y tan buenos que son Israel Rojas y su escudero Yoel.

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