Por Patty Morales
Santa Clara.- El auge desmedido de la criminalidad en todos los municipios de la provincia de Villa Clara obligó al gobierno a lanzar una cacería de los delincuentes en uno de esos ejercicios que suelen llamar de “vigilancia revolucionaria”, una campaña de unos días con la intención de no dejar títere con cabeza y donde pagarán justos por pecadores.
Según el muro de Facebook de Maximus Romus, una de esas ciberclarias escondidas tras un perfil falso, que solo se dedica a subir a las redes las supuestas bondades del régimen, el objetivo principal del referido ejercicio es el hurto y sacrificio de ganado.
“Una prioridad es el enfrentamiento al Hurto y Sacrificio de Ganado Mayor y los hurtos que ocurren en nuestros barrios, entre ellos las bodegas y nuestras propiedades”, dice la publicación en Facebook, que justifica la salida a las calles de los agentes de todo tipo, entre ellos los chivatos, para intentar calmar los estados de opinión.
La publicación aclara que se trabajará “en cada Consejo Popular, con énfasis en los que mantienen mayor incidencia del delito”, y está todo tan controlado y planificado que agrega que “18 hombres y mujeres en cada zona, fortalecen la vigilancia, agrupados en patrullas”.
No dice de policías ni de especialistas, sino que 18 personas -seguro que de esos que vigilan todo e informan- vigilarán porque otros, tal vez de su misma familia, no se roben las bodegas o los bienes de los campesinos.
Luego agrega, de manera un poco incongruente que “en los Consejos Populares donde más hechos ocurren se concentran los esfuerzos y vamos a lograr con todos los vecinos, que la tranquilidad, una conquista y valor preciado del pueblo cubano, se garantice”.
Es tanta la preocupación para los organizadores del referido ejercicio que la nota oficial advierte al final que “movilizaremos los recursos necesarios con energía para mantener nuestras conquistas”.
También deja claro que “se actuará firme y contundente ante las indisciplinas y delitos, más de 5400 villaclareños integrarán los grupos de recorrido y en las cuadras a través de los CDR se movilizará a la población”, y aclara que “se trabaja desde el inicio del ejercicio en el cierre de las fronteras de la provincia”.
Con todo esto, pobre del que agarren con una col en las manos y no tenga un certificado de producción, o del que sorprendan con una gallina que no pueda decir quién es su dueño, incluso los huevos sin identificador. Esa es la estrategia: meter miedo, juzgar a unos cuantos para hacerle ver a la población que el gobierno se preocupa, y espantar un poco a los delincuentes, pero nada más.
A cambio, este tipo de campaña, muy habitual en Cuba y ya puesta en práctica en Marianao desde hace unos días, facilitará que juzguen a personas inocentes, a algunos que intentan vender algo que compraron en alguna parte para darle de comer a su familia. Y si no lo cree, lo veremos.
La publicación termina con un mensaje a los que critican al gobierno desde las redes sociales y exigen más participación de la policía: “no basta describir, hablar en voz alta, hay que vigilar, caminar, proteger lo que es nuestro, y brindar seguridad, tranquilidad al pueblo”, pero no deja de recordar que “a la tranquilidad y el orden podemos contribuir todos”.
Así que ya sabemos, por unos días habrá una cacería de las supuestas ilegalidades, informaciones rimbombantes, ‘bandidos’ apresados, bandas de delincuentes destrozadas, pero al final, todo volverá a lo mismo, porque la policía cubana solo trabaja sobre el asfalto, sin vocación, y sin un salario que la haga pensar a la hora de dejarse comprar. Y los chivatos de barrio, los que van a poner a vigilar, tienen muchas otras cosas de las cuales preocuparse.