Patty Morales
Santa Clara.- Los bomberos de la ciudad de Santa Clara, capital de la provincia de Villa Clara, no responde las llamadas telefónicas para advertir de los incendios. O no siempre lo hacen, como refleja en su muro de Facebook Eduardo González Rodríguez.
Con el título “¿Gracias por el Fuego?”, el realizador audiovisual realizó un post para quejarse de la indolencia de los bomberos de la ciudad, quienes no acudieron a un segundo llamado para extinguir llamas en un sitio al que habían acudido antes.
A continuación les dejamos sus palabras:
¿Gracias por el Fuego?
Ayer hubo un incendio en el Callejón de la Marota, Antón Díaz. El humo del incendio, además de molesto, es tóxico pues se alimenta sobre todo de restos plásticos. Llamaron a los bomberos y ellos acudieron. Hoy al amanecer los vecinos comprobaron que aun existían focos aislados que permanecían encendidos y a los que el aire comenzó a alimentar y darles fuerza. Volvieron a llamar a los bomberos, pero esta vez no lograron comunicarse.
A las nueve de la noche -después de recibir llamadas de familiares y amigos que viven allí- llamé personalmente al puesto de mando y logré comunicarme. El oficial que me atendió al teléfono me explicó que habían ido ayer y le dije que la situación había empeorado, que el humo negro, a causa del aire, dificultaba la respiración de los vecinos, que el olor a plástico quemado era insoportable y que el fuego se estaba extendiendo. Me dijo, un poco molesto, que alguien estaba dando candela, y en eso coincidimos. Sé que hay gente que con tal de causar molestia, olvida que en una vecindad hay ancianos, niños pequeños, enfermos… pero igual es algo que hay que resolver.
Ahora vuelve a llamarme mi familia -más de dos horas después- y me dicen que no han ido los bomberos, que han quitado la luz y que el fuego ha ganado en intensidad y se sigue extendiendo. ¿Hay que esperar a que llueva para que se apague el incendio? ¿Hay que rezarle a Dios para no lamentar daños? Después no me digan que este no es el lugar para ventilar estos asuntos, porque ni siquiera apelando a «los canales pertinentes» se resuelven los problemas.