(Tomado del muro de Facebook de Pedro Campos Santos)
La Habana.- Siempre he creído que una salida a la situación terrible actual, podría venir de fuerzas de dentro del oficialismo, pero dudo que eso pueda venir de la cúpula. Raúl, mentiroso y cínico como su hermano, pero menos inteligente, ya nos engaño a muchos con el IV Congreso, la “liberación de las fuerzas productivas”, el vasito de leche y su acercamiento a Obama.
No se puede confiar en él, es una rata de alcantarilla ladrona . Eliminó de todo el aparato político y de gobierno a los “perestroikos” que buscábamos una salida democrática renovadora y a muchos nos acosó, persiguió y expulsó como agentes del enemigo. Mientras él esté al mando olvídense de cambios.
Ahora al borde de la debacle encontró un cabo al que sujetarse con la guerra ruso-ucraniana, que no puede salir bien por ningún lado que se le mire. Pero nunca he descartado que un ala pragmática más realista del oficialismo defienda un proceso de renovación, entre en contradicción con el Raulismo ultra estalinista y engañoso, y abra una puerta a esa salida la cual, contará seguro con el respaldo mayoritario de la oposición interna y externa.
El anexionismo a EEUU es una corriente más alimentada por la propia estupidez castrista, que por sus eventuales beneficios, pero sin perspectivas de hegemonía porque el nacionalismo cubano es muy fuerte y hasta dentro de esos anexionistas hay temor a las corrientes izquierdopatas en el seno de EEUU y no estarían dispuestos a integrarse a una Unión con predominio de una corriente socialistoide como la presente hoy en el actual PD.
En cambio, no sería indeseable poder contar con la ayuda de EEUU para que contribuya más efectivamente a derrotar al castrismo preferiblemente por medios pacíficos y presiones internacionales de todo tipo. Además no creo que ningún gobierno de EEUU pueda hacerse cargo de organizar y financiar la reconstrucción del desastre castrista. Eso nos toca a los cubanos de dentro y de fuera articulados en libertad y democracia con tolerancia y reconciliación sin sectarismos.
En un proceso de democratización auténtico, sin el cambio-fraude que intentan los raulistas en una onda rusa con capitalismo de compinches, los cubanos iremos encontrando el camino hacia la patria martiana con la que muchos soñamos: con todos y para el bien de todos.
La actual deriva pro-rusa del castrismo amenaza ya con ser el peor de sus disparates solo que ahora repetido en otras condiciones internacionales, el que pudiera estar sacando las últimas paladas para su propia tumba.
