Por Jorge Sotero
La Habana.- En Sancti Spíritus el salario no alcanza ni para comenzar el mes y el sueldo promedio de los sectores presupuestado y empresarial no solo se ubica por debajo de la media del país, sino que lo coloca como una de las cuatro peores provincias, según revelaciones del semanario Escambray.
Con el título «La encrucijada del salario en Sancti Spíritus», el rotativo, en su edición digital de este miércoles, advierte que en 2022, el sueldo promedio en ambos sectores solo llegó a tres mil 916 pesos cubanos, con los cuales un trabajador solo podría comprar, en estos momentos, un cartón de huevos, un litro de aceite, y una libra de pan, para poner un ejemplo.
Para eso da ese salario en el mercado negro, que es el único sitio en el que se encuentra algo, más allá de las miserias que venden por la libreta de abastecimiento, pero dejemos que sea Escambray quien nos cuente: «Aunque a la inmensa mayoría de los cubanos el salario que devengan en la actualidad prácticamente no les alcanza ni para empezar —por su escaso poder de compra debido a los altos precios, la elevada inflación, entre otros padecimientos de la economía nacional—, en el 2022 los espirituanos probablemente hayan adquirido con ese dinero menos productos y servicios que muchos de sus compatriotas.
El periódico, considerado por el gremio de periodistas de la isla -los que están afiliados y alineados al gobierno- uno de los mejores del país, admite que «según la publicación “Salario medio en cifras. Cuba 2022”, que vio la luz recientemente en el sitio de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), la remuneración regular promedio que recibieron los trabajadores en los sectores presupuestado y empresarial del territorio durante ese año solo alcanzó los 3 916 pesos, por debajo de la alcanzada en el país que sumó una media de 4 219 pesos».
Tampoco es que sea mucha la diferencia entre lo que recibieron los espirituanos y los de otras provincias, porque con 300 pesos más o menos, para un mes, muy poco puede hacer un padre de familia, por no decir que nada.
También recuerda que durante cuatro años, de 2013 a 2016, Sancti Spíritus estuvo por encima de la media nacional en cuanto a salario promedio en los sectores presupuestado y empresarial, «pero del 2017 al pasado año quedó por debajo y en este último se ubicó entre los cuatro territorios que menos abonaron en Cuba».
El rotativo aclara que «no pudo acceder a otros datos de interés relacionados con este tema porque la ONEI del territorio declinó ofrecerlos, en el sitio www.onei.gob.cu también encontró estadísticas importantes relacionadas con el salario medio mensual por clase de actividad económica, igualmente en los sectores presupuestado y empresarial».
Asimismo, resalta que «los trabajadores que mejor salario cobraron fueron los ocupados en el sector de explotación de minas y canteras (7 061 pesos), seguidos por los de suministro de electricidad, gas y agua; la construcción; transporte, almacenamiento y comunicaciones; servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler; ciencia e innovación tecnológica, quienes devengaron más de 5 000 pesos como promedio».
Y como dato interesante, o muy interesante, vale destacar que quienes menos ingresaron fueron los » trabajadores de la agricultura, ganadería y silvicultura; la pesca; comercio y reparación de efectos personales; hoteles y restaurantes; educación; salud pública y asistencia social; cultura y deporte; así como otras actividades de servicios comunales, de asociaciones y personales».
No hay que ser erudito para darse cuenta de las causas por las cuales Sancti Spíritus y Cuba andan mal: los maestros, el personal de salud, los que producen alimentos, ganan menos que los mineros o los que aseguran -que no generan- corriente eléctrica, o los de transporte, en un país donde no hay ómnibus desde hace mucho tiempo. Incluso, cualquier oficinista de ETECSA, una de las empresas bandera del castrismo, recibe el doble de remuneración que un médico especialista.
Pero no es todo, aunque no lo dice Escambray: cualquier policía, aunque se haya acabado de poner el uniforme, sin vocación alguna, gana el doble que un galeno, y un militar de graduación normal, hasta el triple. Los jubilados de las FAR, de la Seguridad del Estado o del Minint ingresan más de dos veces lo que un científico, y hasta seis o siete lo que un jubilado normal. Y ni resuelven nada ni aportan mucho.
El periódico de Sancti Spíritus intentó llenar un espacio, pero puso el dedo en la llaga sobre la situación del salario en Cuba, en medio de la inflación más grande de la era castrista, y en la peor crisis económica en la historia del país. Lo del salario es apenas un aspecto más del sinfín de problemas que tiene la economía cubana y que el gobierno no sabe cómo resolverlos.