Por Fernando Clavero
La Habana.- Juan Carlos Calvo fue uno de los primeros grandes peloteros que dio la Isla de la Juventud. Con el equipo pinero llegó hasta las preselecciones nacionales y estuvo entre los mejores jugadores del país hasta que se jubiló, allá por 1992, cuando el pasatiempo nacional de los cubanos aún vivía buenos momentos.
Ahora, con 62 años y más de 30 después de haber abandonado los diamantes, concedió una entrevista a Fernando Rodríguez, en la cual hace balance de su vida, de sus inicios, de su época de jugador, y de lo dura que ha sido su vida después, sobre todo en el presente, después de haber sido obligado a jubilarse, con una pensión de mil 528 pesos cubanos.
«Me pagan mil 528 pesos y más de 700 son para medicinas·, dice, y agrega que «el balón de oxígeno que yo tengo por 24 horas, son cada cuatro días 100 pesos al lugar donde lo recoges y cien pesos para atrás. Prácticamente siempre estoy sin dinero. Los turnos médicos a La Habana, gracias a los amigos míos, que me ayudan, puedo ir. Yo tengo problemas en el corazón. Me han dado dos infartos y tengo problemas en el pulmón derecho», comentó
Mochito, como lo conocen en la Isla, recuerda su debut ante Changa Mederos en series nacionales, contra quien bateó tres hits en sus primeros cuatro turnos en su primer día.
«A partir de ese día fui regular siempre hasta 1992, que terminó mi carrera deportiva», dijo, y recordó que «cuando estás ajustado al bate no hay pitcher difícil», aunque mencionó a Omar Carrero, Braudilio Vinent y Rogelio García, como los mejores que enfrentó.
Admitió haber sido un bateador de bolas malas, sobre todo altas, y alardeó de haber tenido siempre un muy buen brazo, además de mostrar cierto remordimiento por haber quedado fuera de las selecciones nacionales alguna vez.
Eso sí, como uno de sus momentos más duros, mencionó la muerte de sus padres y el momento de la jubilación y saber lo que le iban a pagar, mil 528 pesos, menos de lo que vale un cartón de huevos.