La fatídica influencia cubana en Latinoamérica y la culpa del mundo

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Por Jorge Sotero
La Habana.- Carlos Sánchez Berzaín sabe algo de política y conoce muy bien la influencia cubana en América Latina. El otrora ministro del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, en la Bolivia anterior a Evo Morales, está convencido de que La Habana es culpable de la debacle económica y política que vive el continente, aunque a veces parece que el abogado y político boliviano se queda corto.
Conocido como el super ministro, porque ocupó las carteras de Gobierno, Defensa y la Presidencia, aunque no a la vez, en el gobierno de Goni, Sánchez Berzaín, sabe que la mano del castrismo está detrás de las crisis que viven muchos países de la región, sobre todo Venezuela, a donde llegó de la mano de Hugo Chávez y terminó por acabar con el país más rico de toda América Latina, y el de las reservas petroleras más grandes del mundo.

Cuando Hugo Chávez intentó sacar del poder por la fuerza al presidente constitucional Carlos Andrés Pérez, Fidel Castro lo apoyó. Y cuando este, luego de ser liberado, ganó las elecciones y asumió el poder, solo hizo lo que su tutor le decía desde la capital cubana. Agentes cubanos minaron las Fuerza Armada Nacional Bolivariana, los ministerios, la propia presidencia, las más grandes empresas, y, como es lógico, abrieron el camino para que Caracas cayera en un barreno económico del que no pudo salir nunca más.
Cuba, que atravesaba el segundo peor momento de su historia, se aprovechó de Chávez. Le envió agentes, médicos, profesores, asesores, y el embajador cubano, Germán Sánchez, era un habitual junto al mandatario, tanto como hacía Rafael Daussá en Bolivia con Evo Morales, cuando este llegó al Palacio Quemado.
Cuba le pagaba el petróleo a Venezuela a 19 dólares el barril, mientras en el mercado mundial se cotizaba cerca de los 100, y bajo sugerencia de Castro se creó aquello de Petro Caribe, con crudo venezolano para el que lo necesitara, lo cual terminó por enterrar a Venezuela, de donde se han escapado más de siete millones de personas, creando conflicto fronterizos, como bien lo explica Sánchez Berzaín en un discurso reciente, entre algunos de ellos.
A Chile arribaron cientos de miles, y cuando Santiago quiso devolverlos a través de las fronteras peruanas, por donde entraron, ambas naciones vecinas tuvieron -y tienen- problemas. Otros millones andan desperdigados por cualquier lugar porque en Venezuela es imposible vivir, tanto como lo es en Cuba, solo que Venezuela fue rica hasta hace unos años y Cuba dejó de serlo hace mucho más de medio siglo.
«Crisis total en Cuba, la explosión inevitable», se puede encontrar en Youtube y recoge la conferencia de Sánchez Berzaín sobre la realidad cubana y su influencia en la región, en el Instituto Interamericano por la Democracia.
«En Cuba hay un colapso total. Hay un total colapso energético, suministro de electricidad en crisis, falta de alimentos, crisis migratoria, la gente que huye, crisis de vivienda; una situación para la cual yo solo quiero poner un ejemplo, a través de un informe que acaba de salir del Programa Mundial de Alimentos (PMA)», dice el otrora ministro boliviano, y reseña los datos que tiene en sus manos, de los cuales puedo dudar, porque creo que son, incluso, más graves.
El informe dice que «la dieta cubana es difícilmente empeorable y que el pueblo cubano está sufriendo una crisis alimentaria extrema», lo cual no es necesario que lo diga ningún organismo ni institución extranjera, porque quienes vivimos dentro de la isla lo sabemos mejor que nadie, porque lo sufrimos cada día.
Según el informe, sin embargo, «el suministro de alimentos racionados para el grupo de la población cuya edad oscila entre los 14 y 60 años en Cuba, solo cubre el 36 por ciento de la ingesta de energía, el 24 por ciento de las recomendaciones diarias de proteínas y el 18 por ciento de las grasas». Y a mí me parece que el informe se queda corto en esos porcentajes, que deben ser mucho menores, porque conseguir carnes y aceites en Cuba es una tarea poco menos que imposible.
Sánchez Berzaín apela solo a lo que dice el informe, en lo referente a las diferencias creadas por las remesas, y al insuficiente salario que reciben lo cubanos. También queda claro cuando dice que en Cuba no hay, literalmente, productos lácteos, ni carne de res o cerdo, pero puede errar el informe con aquello de que «los hogares cubanos destinan entre un 55 al 65 por ciento para alimentación», porque a mí me parece que la mayoría de las familias utilizan todo lo que ganan en comprar alimentos, los cuales, aún así, no alcanzan.
Para el político boliviano, exiliado de su país por su supuesta responsabilidad en los sucesos del llamado Octubre Negro, Cuba vive la peor crisis desde que fue rescatada por Chávez, «quien desde entonces le entregó Venezuela para que termine como está hoy día Venezuela, porque Venezuela está peor que en el 99 y Cuba peor que nunca».
«Dictadura, estatismo, centralismo, ausencia de control público, no rendición de cuentas, crimen organizado e impunidad», son los elementos que explican la crisis de Cuba y Venezuela, según Sánchez Berzaín. «Todos los males concentrados en el ejercicio de un poder que está siendo tolerado por las democracias del mundo».
«Lo que está pasando en Cuba lo saben los gobiernos democráticos… lo saben los organismos internacionales… ¿y la solución es ayudar a Cuba en el tema migratorio, continuar mandándole más apoyo internacional porque el PMA… manda millones de dólares en ayuda alimentaria?», dice.
El político boliviano pide que los líderes y los gobiernos democráticos del mundo impidan que la crisis social de Cuba siga encarcelando, y matando de hambre al pueblo. Para él, la dictadura cubana no tiene pueblo, y no tendrá un salvador, como ocurrió con Chávez, porque nadie le entregará su país.
Con Cuba, finalizó, viene lo inevitable. Porque lo inevitable es la rebelión.

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