Por Jorge Sotero
La Habana.- Ariel Arnau Grillet es para la Seguridad del Estado cubana el agente Luisito. Y Pedro Albert Sánchez es un veterano profesor, convertido en una piedra en el zapato de la dictadura, al cual la policía política -y la otra- persigue con la intención de hacerlo callar.
Pero Albert, de 66 años de edad, se mantiene firme, no se deja doblegar, y entonces las fuerzas represivas le mandan a Luisito con la intención de intimidarlo, de que desista de una vez de oponerse a las políticas gubernamentales. Lo intentan confundir, le piden que se centre en su causa, en sus problemas, y que se olvide del resto de los cubanos, porque, a fin de cuentas, mientras él clama por justicia en Caimanera, el resto de sus compatriotas baila en La Piragua al ritmo de cualquiera sabe quién.
Albert hizo pública una conversación telefónica entre él y el tal Luisito, que desgranó y explicó en Youtube el influencer Luis Dener, cuyo link dejaré acá para que puedan verla, que refleja muy bien cómo actúa la calaña castrocomunista, a cambio de un paquete de pollo, un pomo de aceite y un tubo de medio kilogramo de picadillo de cualquier cosa, que es con lo que, al final, le pagan.
El tal Luisito llamó a Albert para que el profesor desistiera de presentarse en la sede del Ministerio del Interior, a donde habían derivado una reclamación hecha por el previamente. Al principio intenta convencerlo de que no acuda, que no resolverá nada con ir, y le dice que la situación de los presos del 11 de julio de 2021 no es su problema, que ya ellos hicieron sus apelaciones, y que sus familiares están conformes con lo que se les explicó.
El agente de la tristemente célebre Seguridad del Estado cree que habla con una persona que desconoce la situación o con un joven impresionable, pero Albert le responde a lo grande: «el problema de todos los cubanos es mi problema». Esas palabras impactaron como una bofetada en pleno rostro al acosador policía encubierto, que miente una y otra vez sobre los sucesos del 11 de julio.
En primer lugar, los condenados, en su inmensa mayoría, no participaron en actos violentos, no voltearon carros ni rompieron vidrieras para robar. Solo protestaron contra el gobierno, sus políticas, las falta de libertad y la escasez de todo lo que se necesita para vivir dignamente, desde un trabajo hasta un salario digno, sin olvidar los alimentos, el transporte, la ropa, las medicinas.
La casi totalidad de las familias apelaron, pero tal como el gobierno amañó los juicios, hizo lo mismo con las apelaciones, y más de mil 100 cubanos siguen tras las rejas, en una muestra fehaciente del terror que siente la dictadura ante el empuje y liderazgo de muchos de los que protestaron aquel día de 2021. Y ningún familiar está satisfecho con las sanciones, porque sabe que hay una injusticia desmedida detrás, un abuso de poder absoluto. Tal vez no lo digan todos abiertamente, pero unos sí, porque saben que más no van a perder.
https://www.facebook.com/watch/?v=159684813704498
Pero el tal Luisito intenta amedrentar a Albert. Le dice que puede ir preso, al principio, y luego, cuando se tropieza con la intransigencia del profesor, le dice: «pues ve, que yo estaré allí para meterte preso». El seguroso se quita la careta, se siente investido de todos los poderes, de la posibilidad de decidir sobre la libertad de un hombre y le advierte que lo apresará. Así es Cuba, así se violan los derechos humanos en la isla prisión, que los Castro convirtieron en un infierno para las personas dignas que quieren pelear por los otros.
Albert es un hombre valiente, con una claridad tremenda en su forma de pensar y actuar. Y el tal Luisito es un soberbio e impresentable agente, uno de esos que se pasean en moto por las calles, observando todo, mirando todo y tratando de impresionar a todo el que crea que está en contra del régimen. Así actúa la dictadura, y esos son los valores que defiende la llamada revolución, el funesto proceso que comenzó en Cuba en 1959, con el triunfo del castrismo sobre la dictadura de Fulgencio Batista.
Mejor que yo explica todo esto, Dener. Si llegó hasta acá, le recomiendo que vaya al link del vídeo y lo disfrute, porque el influencer, con su histrionismo típico, le explicará todo al detalle. Porque vale la pena el análisis que hace del actuar de un agente que equivocó el nombre y en lugar de llamarse Luisito, así en diminutivo como para que le tengan cariño, debieron ponerle Grillete, para hacerle honor a su segundo apellido.