Por Jorge Sotero
La Habana.- El pueblo de Caimanera se lanzó a la calle en la noche anterior. Seguro que no fueron todos los habitantes del lugar, porque sería ingenuo decirlo, pero sí hubo presencia masiva de la población, pidiendo libertad y gritando otras consignas contras el castrismo, pero el régimen dice que solo fueron tres borrachos.
El atemorizado gobierno comunista que dirige Cuba cortó internet en buena parte de Cuba por temor a que las protestas en aquel lugar, cercano a la base naval de Guantánamo, se multiplicaran por todo el país, y encima de eso, dejó sin internet a toda la provincia, con justificaciones baladíes, que nadie le cree, porque al castrocomunismo nadie se lo toma en serio ya.
También mandaron a los boinas negras al lugar. Las tropas de élite para reprimir, que no para luchar contra ninguna posible invasión extranjera, se aparecieron en el lugar ‘cargadas de orgullo’, cual si defendieran al más legítimo de los regímenes y la emprendieron contra los que protestaban, en su totalidad gente humilde, necesitada, con una vida perentoria.
Al final, restablecieron el control, pero Caimanera mandó una señal de alerta al régimen, que sabe que otra explosión social generalizada está a la vuelta de la esquina y que lo del pueblito guantanamero solo fue el preludio de lo que puede ocurrir en los próximos días o meses.
Sin embargo, en su afán desmedido por mentir, uno de esos voceros del régimen, uno de los dirigentes, o agentes, salió a decir que solo participaron “tres borrachos” en las protestas en Caimanera.
El hombre lo dice así, sin pudor alguno, sin tener en cuenta que esas imágenes van a recorrer el mundo y que ya toda Cuba había visto a miles de personas en las protestas, aplacadas a golpe limpio, hasta contra las mujeres, por los detestables boinas negras.
No se puede ser tan burdo al mentir, pero el castrismo lo hace sin pudor, y, aún así, hay quien les cree y no solo en Cuba, sino también en todo el mundo. Aunque cada vez son menos.
Su hora se acerca. De eso no tengo dudas.