Por Anette Espinosa
La Habana.- Una buena parte de los habitantes de Caimanera, el municipio guantanamero que bordea toda la Base Naval de Guantánamo, el enclave estadounidense en la costa sur de Cuba, se lanzaron a la calle a pedir libertad y exigir el fin del castrocomunismo, sin embargo, los medios del país y la provincia hicieron mutis.
Para Granma, no pasó nada. El medio oficial del Partido Comunista, en su papel de vocero del régimen, se limitó a otros temas, casi todos relacionados con el accionar del impuesto presidente, Miguel Díaz Canel, o con las secuelas del que llamaron majestuoso respaldo de la población tras las marchas del 5 de mayo, la fecha a la que aplazaron las marchas del primero por aquello de las supuestas lluvias.
Situaciones como estas son habituales. Granma no se hace eco de ninguna de estas cosas, porque hay una parte de la población cubana, la que cree ciegamente en el régimen, que no sabe de redes sociales ni tiene internet, que se (des)informa por el diario. Es lo único que leen, y a esos no es conveniente decirles que hubo protestas.
Tampoco es bueno que les cuenten esas historias a lo admiradores del castrismo en el mundo, a esos que van cada mañana a las páginas del rotativo, en internet, para leer que el país avanza, que los cubanos viven en una especie de Edén caribeño, donde no falta nada, y donde la vida es idílica.
Por esas razones, ni tocan el tema. Y lo mismo pasa con el periódico de la provincia de Guantánamo, un libelo llamado Venceremos, que florea este domingo, en su versión digital, con cualquier cosa, menos con lo que ocurrió en Caimanera.
No les pido a ustedes que vayan a leerlo, porque sería darles visibilidad gratis, pero yo me tomé el trabajo desde temprano de visitarlo, aunque sabía de sobra que no harían mención a nada de lo ocurrido en el sureño municipio.
Tal vez dentro de unos días, o semanas, acudan al lugar algunos dirigentes, y entonces los medios dirán algo de Caimanera. Posiblemente vaya el Hombre de la Limonada con su séquito, camine por alguna calle, donde alguna mujer le extienda la mano y le diga que apoya a la revolución. Y entonces aparezcan fotos desplegadas e historias, contadas por el equipo de prensa del presidente, el mismo que le tapa todos sus errores y que ha mandado al ostracismo a los que trabajan para el resto de los medios, porque del mandatario solo escriben ellos.
En fin, pasan cosas en Cuba, el comunismo vive sus estertores, pero los medios de prensa no se dan por enterado. Si acaso, alguno de sus voceros dice que todo está en orden, como si por arte de magia, y no por golpes de los boinas negras, la situación se hubiera controlado.
Lo cierto, lo de Caimanera se veía venir. Todo sabíamos que iba a ocurrir, lo que nadie se imaginaba dónde. Ya ocurrió en Caimanera, de donde se llevarán a decenas presos, a los cuales condenarán a muchos años en las cárceles comunistas, pero mañana puede ser en otro lugar, o en otros.
Toca esperar, porque el momento de Cuba viene llegando, como aquella histórica canción de Willy Chirino.