Por Anette Espinosa
La Habana.- El presidente de la Duma Estatal de la Federación rusa, Viacheslav Volodin, estuvo en Cuba y fue recibido por el supuesto presidente, Miguel Díaz Canel, y al diario Granma, famoso por no decir nada o esconder la verdad, solo se le ocurre titular con un “Cuba y Rusia: de los acuerdos a la implementación”.
La visita de Volodin a Cuba es la cuarta en lo que va de 2023 de un personaje importante de Rusia. Antes lo hicieron Nikolai Patrushev, secretario del Consejo de Seguridad; Igor Sechin, director ejecutivo de la petrolera Rosneft; y el canciller Serguéi Lavrov, sin que trascendiera nada de posibles acuerdos o pactos, cuando no fueran unas declaraciones del ministro de Exteriores, quien habló de una posible entrega de petróleo y un acuerdo para un crédito para la venta de trigo a la isla.
Sin embargo, no es difícil imaginar que algo se cuece entre La Habana y Moscú, porque desde hace mucho tiempo el gobierno de Putin no le prestaba atención a Cuba, donde llueven las versiones sobre supuestas ayudas rusas, inversiones, préstamos, envíos de combustible y cualquiera sabe cuántas cosas más.
Lo cierto, no hay nada oficial y tampoco lo dice Granma en su nota, aunque deja entrever que hay acuerdos y que ahora solo resta implementarlos. Y también recuerda más de una vez que esos acuerdos son fruto de las negociaciones que sostuvieron en Moscú el mandatario ruso y su homólogo cubano.
Los rusos, y eso está claro, están dispuestos a cooperar con Cuba, sobre todo como agradecimiento a la posición de la isla caribeña luego de iniciada la invasión a Ucrania, pero Putin no le regalará nada a La Habana, de eso no hay duda alguna. Si los Castro y Díaz Canel quieren algo de Rusia, tendrán que pagar hasta el último centavo.
Una muestra de esto son dos aviones que Cubana mandó a reparaciones en el país euroasiático hace muchos meses, los trabajos se hicieron y aún no regresaron a Cuba las aeronaves, pero solo porque el gobierno cubano no pagó esos trabajos.
Aunque el gobierno ruso quisiera hacer más, porque ve como se le desmorona aceleradamente un aliado -o un satélite- tendrá que regirse por las reglas de mercado, y ya no son los tiempos de la Unión Soviética, cuando los comunistas que mandaban en el Kremlin tenían una tubería directa hacia la isla.
Ahora no se especifica cuáles son los acuerdos, solo se habla de la implementación de los mismos luego del encuentro de Volodin con Díaz Canel. Pero eso es de esperar, porque Cuba siempre juega a los escondidos, lo mantiene todo en secreto, sobre todo porque al gobierno cubano se le malogra todo.
Eso sí, si quisieran, podrían importar de Rusia el trigo y los granos que se les antojase, la maquinaria para la agricultura, abonos, petróleo y gas en la cantidad que estimaran necesarios, pero para eso necesitarán dinero, que es lo que no tiene el gobierno de La Habana, y por eso atrae a la isla a varios de los peces gordos cercanos a Putin para influir en la cúpula del Kremlin con el fin de que otorgue algún crédito o préstamo al castrismo.
Solo con esas condiciones podrá llegar algo de Rusia a Cuba, pero eso no lo tienen claro aún los que dirigen Cuba, por más que hayan estampado alguna firma a esos documentos de los que habla Granma como acuerdos. Sin dinero, insistimos, nadie, ni los rusos, te venderán nada, y esos que visitan Cuba tienen la intención, entre otras cosas, de saber si sería posible en el futuro de cobrar todo aquello que pudieran mandar.