Declaración de Principios

ARCHIVOSDeclaración de Principios

(Tomado del muro de Facebook de Arturo Mesa)

La Habana.- El ejercicio electoral recién concluido resultó ser una gran farsa y una que compromete el futuro de la nación.
Todos fueron propuestos por el Partido único -de entre sus filas-, como ya sabemos y sin opción a una opinión «no alineada». Todos pasaron por la Comisión que no te mencionarán.
Cambiar ese esquema de mono-partido es la única manera de librarnos de la dictadura del error, del discurso triunfalista y el quita-y-pon constante que demuestra la falta de una estrategia.
 Siempre nos van a decir que es necesario…, que mientras tengamos al enemigo enfrente…, que eso es garantía de no sé qué…, que si en otras épocas…, entre otras frases ya construidas para evitar tocar el eje del debate. Lo cierto es que todo el discurso se monta para ir ganando tiempo en lo que aparece alguna victoria por la cual relanzar otra campaña y perpetuarse eternamente. El interés de salvar, murió.
 La nueva dirección de la revolución falló tácitamente pero a ellos no les es permitido admitirlo “aquí se habla de victorias”. Ciertas voces oficiales te mienten y le mienten a la opinión pública buscando perpetuar una imagen de socialismo que ya no existe. Confluyen en el espacio de la isla dos desgracias nunca antes vistas en la historia: un estado totalitario y a la vez fallido.
Y a mí, el error parece perseguirme como la grasa al mecánico, y en medio de esta situación esperaba algún tipo de cambio, algún acto altruista del que nos enseñaron en épocas de mayor dignidad y esperanzas.
Sucede que después de que ante un medio árabe, el mismísimo presidente volviera a decir que ni siquiera considera que tienen la culpa de lo que sucede en la isla, he perdido una tonelada de esperanzas. Ese señor es el mismo que necesita de un tablet para poder expresar una idea que no implique el bloqueo, el que dio la orden de combate para que un cubano ataque a otro; y el que piensa que el país avanza cuando las cifras de la emigración le dan en la cara a diario. ¡Y no tiene la culpa!
Ante tal situación, salen a flote mis defectos y no lo puedo evitar. Creo en la honradez del ser humano aunque implique pobreza y esto me destruye. Soy ambicioso por naturaleza y no sé perder, y como me siento cerrado, roto y sin voz, decido abandonar el barco, al menos por un tiempo, con la promesa (eso sí) de no sumarme jamás a campañas de odio (bloqueo incluido) ni a nada que afecte al que no ha tenido esta opción que me ponen hoy en la mano. Me marcho.
Y me voy porque si algún dirigente tiene la desfachatez de decir que «la Constitución no puede trazarle directrices al Partido» se están burlando de mí en plena Campaña Electoral. No sólo de mí, sino del más universal de los derechos humanos. ¿Para qué se necesita entonces de una Constitución?
Me voy porque el Iroel ese, le ha dicho a la opinión internacional que son todos elegidos por el pueblo, evitando mencionar la Comisión que lo rige todo, porque si la menciona, esa misma opinión internacional comenzaría a cuestionarse los nuevos rumbos que ha tomado este país.
Me voy porque el mismo que dijo que «si no hubiéramos implementado un ordenamiento estaríamos peor», vuelve a resultar ministro de nuestros bolsillos como para garantizar que vuelva a cagarla sin que pase nada y que se vuelvan a tirar al mar otros 500 000 de entre tus hijos, mientras él regresa a la oficina del aire acondicionado.
Me voy porque «incluso, pensar diferente lejos de constituir un delito es un derecho» como dijera el Presidente del Tribunal Supremo y hoy, siguen presos muchos por el sencillo uso de la opinión y otros, son vigilados por exponer sueños de futuro. Me voy porque el Secretario de los Trabajadores es miembro del Partido y del Consejo de Estado y no hay forma humana (de) que con tales cargos pueda él defender trabajador alguno, y mucho menos le interesa. Y me voy porque el éxito político está garantizado en el sistema perfecto que han diseñado –para eso sí son buenos—y los únicos que pacíficamente lo pueden desmontar son precisamente aquellos que no tienen interés alguno en hacerlo. A ese diálogo nunca llegarán.
Y me voy porque me siento joven aún y soy además un jodido machista y como tal, entiendo que en casa, el hombre provee y en las condiciones de dominación actuales, son muy pocos los hombres que decentemente lograrán proveer. Y yo no sé actuar de otra manera que no sea decente y por el bien del que va a pie. Yo solo quise llegar a casa con el pan debajo del brazo y hablar de planes para el domingo. No sé si habré obrado bien pero por el momento estoy en tierra del enemigo, que como en otras ocasiones, nos salva.

Check out our other content

Check out other tags:

Most Popular Articles

Verified by MonsterInsights