Por Jorge Sotero
La Habana.- Los trabajos en la Aduana Nacional de la República siempre fueron codiciados, sobre todo por aquellas personas sin escrúpulos que prefieren lucrar con los bienes ajenos y se dedican a extorsionar o a robar a cuanto viajero entra al país, lo mismo con productos permitidos que con aquellos a los que las autoridades le han puesto veto.
El cubano que regresa a la isla, de visita o a seguir con su triste existencia, sufre antes de montar en el avión, pero también cuando se baja y ve que sus equipajes demoran, porque en ese momento están pasando los chequeos aduanales. Incluso, sufre al llegar a su destino y darse cuenta de que los abrieron y le robaron cosas, la mayoría de ellas muy necesarias en un país donde escasea todo.
El último de los robos, al menos que se sepa, lo vivió Yoelkys Torres Tápanes, a quien le sustrajeron de su equipaje leche en polvo y chocolates que traía para un abuelo de 93 años.
https://www.facebook.com/yoelkis.torres.9/videos/925625965424556
A Torres lo robaron en el aeropuerto Internacional José Martí, un sitio donde te puedes encontrar más agentes de aduana que personas para facilitar el desembarco de pasajeros y acortar el tiempo de estancia en el lugar. Y donde, al parecer, hacen todo lo posible porque las personas se demoren, que haya moloteras, colas, tal vez por aquello de que «a río revuelto, ganancia de los pescadores».
«Aeropuerto José Martí, un nido de ratas, un nido de ladrones, un nido de una serie de personas sin responsabilidad, que le roban a los propios cubanos que pasan miseria, hambre y necesidad en esta… de país», comento el afectado en una directa, no sin antes aclarar que recibió una llamada de un número privado, presumiblemente de una ciberclaria para tumbarle la directa.
«Acaban de robarme mi maleta, y un paquete de leche que es la alimentación de un viejo de 93 años… y ninguna autoridad de este aeropuerto de porquería acaba de hacerse responsable, ni los del DTI ni la Policía, porque todos están interconectados, todos están embaucados en el mismo robo, porque todos son unas ratas», dijo.
Luego agregó que la responsabilidad no es de la agencia de vuelos, y aclaró que los candados fueron picados entre el carro que lleva los equipajes del avión a la estera.
Torres Tápanes insiste en que el aeropuerto es un lugar de ratas, e insiste que «sabemos cuáles son los otros lugares de ratas que tenemos».
Lo cierto es que lo sucedido a Tápanes, oriundo de la provincia de Matanzas, no es la primera vez que ocurre. Cada día quienes entran a Cuba por los aeropuertos viven la zozobra de ser robados por los agentes de aduana, los mismos que después participan en las manifestaciones a favor del gobierno, que se hacen los buenos donando dinero y ropas, como si ellos ganaran tanto.
En la Aduana, la Policía y en los dirigentes pululan los corruptos, los ladrones y los estafadores, como una mafia muy bien articulada que tiene a Cuba al borde del abismo.