Por Anette Espinosa
La Habana.- El castrismo cambió el tradicional desfile del primero de mayo desde la Plaza de la revolución para la zona de La Piragua y el malecón, un lugar más pequeño y mucho más fácil de llenar, que es lo que pretende el gobierno comunista para venderle al mundo como señal de apoyo incondicional de la población.
El anuncio lo hizo el dirigente de la Central de Trabajadores de Cuba, Ulises Guilarte, quien reconoció que la modificación tiene que ver con los problemas económicos que enfrenta el país, sobre todo con los combustibles, cuyo déficit ha paralizado el transporte público y ha obligado a cerrar centros docentes, y a prohibir la venta de gasolina y petróleo a los particulares.
Además, los apagones se vuelven cada vez más largos y más habituales, mientras el presidente Díaz Canel culpa a otros gobiernos por no haber podido cumplir sus compromisos con Cuba, en una justificación que le ha generado críticas, como casi todo lo que hace, o dice, el impuesto mandatario, reelecto hace unos días para un segundo mandato.
Para el desfile del 1 de mayo llegaron a Cuba más de mil extranjeros, simpatizantes de la dictadura, sobre todo de Estados Unidos, con la intención de apoyar al castrismo desde la Plaza, pero que ahora tendrán que ir a los municipios, aunque muchos estarán en la zona de La Piragua y el malecón, donde se concentrarán los trabajadores de cinco municipios de la capital: Plaza, Playa, Centro Habana, Habana Vieja y Cerro.
Hasta este martes no se habló nada de cambiar la sede y el régimen había mantenido su postura de llevar a los trabajadores, a como fuera, hasta el lugar habitual, pero por La Habana comenzó a correrse un rumor sobre un posible sabotaje a la marcha -sin trascender cómo- y al parecer el castrismo se lo pensó mejor y optó por el cambio.
A pesar del supuesto respaldo al régimen con la farsa electoral pasada, el castrismo sabe que hay mucho descontento en la población, que en cualquier momento puede haber otro estallido social similar al del 11 de julio de 2021, y también sabe que no será tan fácil de controlar como el anterior, por más que manden tanques y brigadas especiales a las calles.
Los que dirigen Cuba no son bobos y sienten el desprecio de una buena parte de la población y, aunque no quieren perder sus prebendas, saben que el régimen puede colapsar, una de las razones por las cuales muchos de ellos han enviado a los hijos y familiares cercanos al exterior.
Primero de mayo en Cuba en La Piragua
