(Tomado del muro de Facebook de Ileana Medina)
Canarias.- Jorge Llamos González me puso a leer sobre Willie Colón, y bueno de paso sobre Fania Records, que yo ya sabía lo que era, of course, pero uno aprende todos los días.
Y descubriendo quién fue Jerry Masucci, wikipedia dice que estuvo en La Habana en 1960 trabajando para el Ministerio de Turismo (algo muy curioso) y luego volvió a Nueva York y conoció a Johnny Pacheco y produjeron a nuevos músicos que protagonizaron en los años 60 y 70 el nacimiento de la «salsa», uno de los fenómenos más importantes de la historia musical del siglo XX.
Y me vuelve a poseer la RABIA que me da que Fidel Castro haya tenido la culpa, entre tantas cosas de que: La Habana no sea la capital puente entre América Latina y USA, sino que haya tenido que inventarse Miami. Tuvo la culpa de que La Habana no sea la capital del juego, sino que haya tenido que crearse Las Vegas.
También la culpa de que Cuba no sea uno de los polos mundiales de turismo, con un modelo que los mafiosos quisieron iniciar en La Habana en los años 50 y que finalmente consolidaron los empresarios mallorquines con los alemanes en Baleares, y que es lo que hoy conocemos como modelo turístico mundial, basado en construir hoteles en lugares paradísiacos para que vayan allí los vacacionistas de los países ricos pero fríos.
No es que simpatice con la mafia ni con el juego ni que crea que el modelo turístico mundial no tiene inconvenientes, pero desde luego la economía y el bienestar y la forma de vida de mucha gente se beneficia de ello.
Por último, hoy acabo de caer en la cuenta de que el TRIUNFO COMERCIAL de la música latina, llamada salsa, tampoco se produjo en La Habana, donde naturalmente bien pudo ser, sino en Nueva York, por culpa del mismo tipo.
Y yo que ni siquiera había nacido cuando eso, me come la rabia (imaginaros entonces a esos que llaman la vieja guardia de Miami) y me cago en los putos castros, y en toda la falsa progresía que desde Europa y viviendo bien los han sostenido, y critican el capitalismo mientras viven de sus frutos, y sobre todo, mientras la gente en La Habana se muere de hambre y de consignas y de falta de libertad y sacan cuchillos en una cola para comprar con ¡dólares! un pedazo de pollo congelado, y no tienen un trozo de pan para desayunar y se han dejado la vida sometidos a una dictadura de mierda…
Y grito y lloro y me cago en todos sus muertos.