Por Carlos Carballido
Dallas,TX.- La Administración Biden no solo ha destruido la economía de Estados Unidos poniendo en riesgo la estabilidad de la clase media nacional sino que ha hecho todo lo posible por debilitar a las Fuerzas Armadas estadounidenses y según las estadísticas ya lo ha conseguido.
Luego de la derrota vergonzosa de Afganistán dónde el ejército norteamericano no solo salió huyendo sino que dejó en ese territorio logística militar valorada en caso 84 billones de dólares, Biden y sus asesores han impuesto a todas las ramas del ejército la política de Diversidad, Inclusión y Equidad (DIE) que está trayendo consecuencias irreversibles para los militares estadounidenses.
La DIE ha convertido al ejército en una entidad en extremo politizada para estar a tono con lo que se conoce la doctrina civil «Woke» y que exige de los uniformados mayor tolerancia a la inclusión de homosexuales, transgeneros y de personas que no cumplen con lo estándares físicos y mentales para la vida militar.
Cómo es lógico el programa DIE convierte a un organismo que basa su poderío en la preparación física, patriótica y sobre todo neutra políticamente, en una copia caricaturezca de cualquier institución de la vida civil. Esto puede funcionar en el plano político y las aspiraciones globalistas de la administración Biden pero en la práctica ubica al brazo armado estadounidense en un lugar retrasado en relación con otros ejércitos como el ruso o el chino, con menor capacidad armamentistica y logística pero con una potencial humano más efectivos en el terreno de combate.
Desde inicios del 2022, el Ejército de EEUU ya tenía serios problemas para el reclutamiento de nuevos soldados al encontrar que más del 70 por ciento de los jóvenes en edad militar eran incapaces de pasar las pruebas físicas y mentales para ingresar en las filas. El propio Pentágono advirtió que de seguir esa tendencia el país tendría un Ejército débil con mucha tecnología pero sin apenas soldados para enfrentar un ataque armado poniendo en peligro la capacidad defensiva de la nación.
Esto, lejos de movilizar a la administración Biden, solo impulso aún más su política de DIE que en este minuto ha puesto en riesgo real la capacidad defensiva estadounidense.
Ahora Biden se enfrenta a varios problemas más graves relativos al Ejército desde que impuso la política agresiva de DIE a la rama armada.
Estudios por separados de la Fundación Heritage y el Instituto Ronald Reagan ( citados por el Washington Post) concluyeron que en el próximo quinquenio EEUU tendrá un seriesisimo problema para llenar los cupos de soldados y personal técnico militar en sus distintas fuerzas.
Este panorama agrava aún más otro problema evidenciado desde el 2018 que advierte una disminución grave en la confianza que la población americana tiene sobre su propio ejército. En ese lapso, la confianza popular ha caído de un 70 a un 48 por ciento en general, y ojo, es el mismo resultado entre demócratas y republicanos más menos.
La política DIE está trayendo consecuencias graves en sectores como la educación superior, las instituciones legales porque en nombre de la diversidad, la inclusión y la equidad se están cortando las libertades individuales sustituyendolas por intereses colectivos que muchas veces carecen de cientificidad, lógica o/y sentido común.
Estás tendencias también ha llegado al Ejercito no solo a través de la imposición de esta política sino porque tanto contratistas como personal técnico y profesional necesarios en las fuerzas armadas vienen deformados de lo académico y lo legal con la ideología woke poniendo en riesgo la metodología y el estilo de mando de la rama militar.
Hace poco el Colegio de Guerra Naval de EEUU advirtió que si queremos mantener el poderío militar y el primer lugar a nivel mundial las fuerzas armadas deben permanecer en equilibrio con instituciones civiles pero sobre todo garantizar la seguridad de los mismos y esto solo es posible manteniendo la singularidad que siempre ha caracterizado al sector uniformado.
En un estudio reciente del Centro de Estudios y Políticas de Defensa (CEP) se advirtió sobre el peligro de homologar al ejército con políticas aplicables a instituciones civiles como la DIE porque ponen en riesgo la capacidad defensiva del país. El estudio sugirió que debe haber cierto equilibrio entre sociedad y ejército pero que este último no puede parecerse al primero en funcionamiento y estilo porque de lo contrario convertiría a los militares en subordinados del estado.
Si está agenda avanza, lo único que conseguiremos es un ejercito cada vez más débil y mucho menos respetado por la sociedad civil. Es el camino, concluye el estudio, hacia una supremacía del gobierno que pondría en peligros los valores democráticos de America al dejar a la nación totalmente indefensa e incapaz de vencer ante un ataque armado de otro país.
La administración Biden avanza hacia la destrucción de EEUU. Ha dinamitado desde adentro las instituciones civiles y democráticas del país. Ahora va por el Ejército y está consiguiéndolo. América está a punto de perecer y nosotros con ella.