Periodista del oficialismo critica monopolio de la información en Cuba

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Por Anette Espinosa

La Habana.- En la Cuba castrista se monopoliza todo y la información no puede ser menos, porque, en esta isla, cada persona o institución con un poco de poder se cree dueño de algo que maneja a su antojo y decide si compartirlo o no, incluso hasta el momento en que quiere hacerlo.

Ayer explotó en las redes sociales el periodista Mario Jorge Muñoz, uno de esos que ha pasado por todas las redacciones habidas y por haber de cuanto periódico o revista hay en Cuba, y que ahora, lo admito, le he perdido el rumbo, aunque creo que andaba por Moscú, como corresponsal de Prensa Latina.

El citado periodista apeló a su muro de Facebook para denunciar el monopolio de la información por parte de algunas instituciones, pero no deja claro a cuál se refiere, porque solo dice que “hay instituciones cuyos equipos de comunicación se creen medios de prensa y se arrogan el derecho de monopolizar la información que es un bien público”.

https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid02U58xUTFtoXpfp2e3tpiBfRcWh9EWVRhxx1B9WGPvWVqedt9UhpnKJc2Qz9xbsmoPl&id=1538055816&sfnsn=scwspmo&mibextid=RUbZ1f

El post del articulista pudo estar dirigido al grupo de prensa de un ministerio cualquiera, pero también al del presidente impuesto, Miguel Díaz Canel, quien tiene detrás un staff de redactores y editores más grande que la plantilla de cualquiera de los periódicos cubanos.

El grupo, dirigido por la otrora jefa de información de Granma y luego periodista de cabecera de Raúl Castro, Leticia Martínez, lo integran, entre otros, Yaíma Puig, Alina Perera, René Tamayo, Angelica Paredes, Héctor Martínez y Arleen Rodríguez, entre algunos otros. Todos con la intención de que en los medios no se publiquen cosas que dejen en evidencia al mandatario, como pasó con aquello de que “la limonada es la base de todo”, una frase loca del jefe de Estado que le costó al puesto a Boris Fuentes y, tal vez, a alguien más.

El ejemplo de Díaz Canel, cuyos periodistas envían a los medios todo lo que vayan a publicar sobre sus actividades, lo han tomado al pie de la letra las instituciones por ahí para abajo, y eso, al parecer, molesta a Mario Jorge Muñoz, que no es ningún advenedizo en esto de los medios, la censura y los controles, y debería saberse todas las mañas del castrocomunismo, siempre bajo la égida del oscuro departamento ideológico.

El post de Muñoz no tiene muchos comentarios. Pero de los 20 amigos que se tomaron el trabajo de apoyarlo, vale la pena tomar algunos ejemplos, como el de su excompañera en Juventud Rebelde Iramis Alonso Porro, quien advierte tener “un rosario de anécdotas, comentadas e informadas sucesiva y oportunamente, incluso publicadas en los más disímiles espacios. Y nada”.

Otro de los voceros del régimen, Oliver Zamora Oria, dice que “es uno de los grandes males que encaramos, y si son aquellos que se creen decisores en política editorial de los medios, peor, aún”.

Las anécdotas de los fotógrafos a los que se les prohibió hacer fotos en algún lugar, van desde las de Roberto Garaycoa Martínez, a quien le negaron trabajar nada más y nada menos que en la escalinata de la Universidad de La Habana, hasta la de un amigo que le prohibieron lo mismo en el portal del hotel Packard, unas de las nuevas joyas para los turistas extranjeros en la capital cubana.

Según Ricardo de Armas, siempre desde el muro de Facebook de Mario Jorge Muñoz, “el miedo se ha apoderado de este país”, aunque Ileana María Martínez Ulla se limita a decir que eso es “tan viejo como el Morro”, en una clara alusión a que no se trata de una situación coyuntural, sino fruto de una política de años implementada por la dictadura.

Roberto Suárez, aquel que una vez pidió en Facebook dinero para una PC y que se convirtió en motivo de mofa en las redes, insiste en que son los medios los que deben decidir sobre si publicar o no, mientras Martin Hachtoun y Olga Torres insisten en que el papel de esos grupos de comunicación debe ser informar en lugar de vetar el acceso a la información.

Lo cierto, en Cuba se controla y se manipula todo, como mostramos cada día desde El Vigía de Cuba, cuando analizamos lo que publican los medios cubanos, muchas veces tan alejados de la realidad que uno se pregunta si vive de verdad en Cuba o en una realidad paralela, que nada tiene que ver con lo que está ocurriendo en el país.

A Mario Muñoz, a quien he visto y saludado alguna vez, porque su hija mayor y yo nos llevamos bien, solo le puedo decir que se ponga cómodo y espere, aunque su espera no le traerá las respuestas que busca, ni resolverá esos problemas que se han eternizado en un sistema caduco e inoperante, en todos sus estamentos. Porque el castrismo, en fin, no abrirá las manos jamás para que se publique sobre cualquier cosa, sino que todo será a buchitos y cuando ellos quieran, como sucede con la libreta de la bodega.

 

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