Por Anette Espinosa
La Habana.- Si Cuba fuera un país normal, decenas de personas serían enjuiciadas cada día por maltrato animal, al menos hasta que la situación se controlara, pero ya sabemos que la isla caribeña no es un paraíso para las especies que comparten con los hombres y tampoco lo es para la legalidad.
En las últimas horas, las redes sociales se llenaron de comentarios con dos situaciones muy disímiles registradas en la capital de la provincia de Mayabeque, San José de las Lajas, y en la propia capital cubana, y en las que un caballo, unos monos y un gato fueron los protagonistas.
La activista por los derechos de los animales Yenney Caballero, quien tiene en su casa una clínica para salvar y proteger a perros y otros animales, denunció el estado en el que se encuentran los caballos en el recinto ferial de la Feria del Rodeo.
Caballero visitó el lugar y en una directa en Facebook, protestó por la situación de una pareja de “monos hambrientos, que sacan sus manos pidiendo algo para comer”, y luego se refiere a tres caballos que viven “en pésimas condiciones, desnutridos y llenos de heridas infectadas, debatiéndose entre la vida y la muerte”.
No es lo único a lo que se refiere Caballero, quien, con anterioridad, y en más de una ocasión, se ha posicionado en contra del maltrato animal. También hace referencia a las aves que viven en el lugar y hasta a un cocodrilo que permanece inmóvil, al parecer esperando que lleguen mejores tiempos.
Mientras, la periodista Marianela Martín González, contó que estuvo desde las “dos de la madrugada en la 4ta unidad de la PNR, en el municipio Cerro, para denunciar a Ezequiel Tamayo, el asesino de gatos”, sin poder hacerla efectiva.
“Atendida con mucho respeto, pero el oficial me indica que ahí no se formula la denuncia, sino en Cenasa y me ofrecen el número 78701161”, cuenta Martín González, redactora del diario Juventud Rebelde.
La periodista narra después, siempre en su muro de Facebook: “Me explica el capitán Utria que lo ocurrido no tipifica como delito penal”, lo cual genera controversia en los comentarios, la totalidad de los cuales posicionados en contra de la situación que viven los animales en Cuba.
Una de las personas que comenta, Indira Carpio, dice que “es una típica respuesta para no hacer su trabajo. Si permiten hacer eso a animales indefensos, no quiero imaginar por lo que pasa un ser humano cuando no quieren escuchar las denuncias y cometen injustas encarcelaciones. Dios tenga piedad!”.
En Cuba, los agentes del orden se desentienden de estos problemas, y el maltrato animal forma parte de la vida cotidiana de los cubanos, que ven cómo cada día mueren caballos, víctimas del brutal trabajo a que son sometidos para halar coches de caballo en la mayoría de las ciudades y pueblos de Cuba.
Los caballos no solo sirven para pasear turistas en la capital, sino como único medio de transporte en Cárdenas, Cienfuegos, Santa Clara, Sancti Spíritus, Camagüey o Bayamo. Y no solo las acémilas dan un par de viajes y luego regresan a casa, a recibir cuidados, sino que hasta hay personas que los alquilan para que otros trabajen con ellos.
Muchas veces la explotación comienza cuando los caballos no han cumplido los dos años y no tienen la madurez requerida para
