Por Anette Lorenzo
La Habana.- El tema del combustible en Cuba toma ribetes cada vez más dramáticos y no solo son las colas enormes en esta capital las que hablan con claridad del déficit, sino otros indicadores visibles a nivel nacional, entre ellos el regreso de los apagones.
En la principal ciudad del país han vuelto las enormes colas para comprar combustible. En Santiago de Cuba son aún mayores, pero de motoristas, en una ciudad donde la inmensa mayoría de los taxis son motos. Las filas, según reflejan las redes sociales, pueden durar varios días para llenar el tanque de combustible de las motocicletas, para trabajar luego un par de días.
En otros lugares, las ambulancias -las que aún trabajan- no acuden a los llamados de pacientes, y los ómnibus del transporte público brillan por su ausencia. Es más, hay lugares de Cuba donde en las últimas dos semanas no ha salido una guagua hacia ningún lugar.
La situación es mucho más dura en la región central, en las provincias de Villa Clara hasta Camagüey, donde, según reportes de colaboradores de El Vigía de Cuba, las personas no tienen en qué moverse, incluso ni para ir al médico en las capitales provinciales.
En muchos municipios de estas provincias, el habitual transporte que lleva los lunes a los estudiantes universitarios becados a sus sedes, dejó de trabajar, y solo funciona el que lleva a las personas a los turnos médicos, tres veces a la semana.
Así ocurre en Corralillo y Santo Domingo, en Villa Clara, y en Palmira, en Cienfuegos. En Yaguajay, en Sancti Spíritus, pasa lo mismo. En Sierra de Cubitas, en Camagüey la situación es triste. No hay combustible ni para los autos de turismo. Y en otras provincias solo se puede adquirir petróleo o gasolina con permiso expreso del gobierno. Sin un documento, previamente firmado por la intendencia, no te venden.
Un chofer de Corralillo advierte que todo el petróleo que ha entrado al municipio lo dejaron para la guagua que lleva a los enfermos a Santa Clara y para venderle a aquellos que no tienen con qué cocinar, sin embargo, hay lugares alejados de la cabecera municipal a donde no ha entrado un ómnibus por semanas.
Por otra parte, los apagones, que por unas semanas al final de año habían desaparecido, regresan con fuerza y las personas piensan que serán cada vez más grandes, a medida que se acerca el verano, con sus lluvias, sus plagas de mosquito y sus enfermedades, entre ellas el peligroso dengue, que ya causa estragos en muchos lugares.
Lo cierto, la crisis actual con los combustibles no es la primera, y se suma a la escasez y carestía de los alimentos, a la falta de medicamentos, a la pésima atención médica, a la lentitud de los servicios de ETECSA, a la represión policial, y a casi todo lo que tiene que ver con la vida de los cubanos.
Mientras algunas de estas crisis cíclicas que viven los cubanos ocurren cada vez más seguido y otras se eternizan en el tiempo, desde el gobierno dicen que todo marcha por el camino correcto o que somos la envidia del mundo. Para hablar tonterías como estas hay que estar loco o ser muy cínicos, y yo creo que es lo segundo.
En los próximos días, salvo que llegue algún barco con combustible donado por alguien, comenzarán a romperse más termoeléctricas o las pondrán en reparación, lo cual complicará aún más la situación, pero todo seguirá igual, porque el pueblo lo soportará con la misma tranquilidad y el estoicismo de siempre.