Por Anette Espinosa
La Habana.- Apenas ha pasado una semana del mes de abril y los feminicidios en Cuba ya andan por 22, luego del asesinato de dos mujeres en El Pesquero, un barrio rural del Consejo Popular Cristino Naranjo, en el municipio holguinero de Cacocum. Y aclaramos que solo hablamos de los casos que han salido a la palestra, a través de las redes sociales o por la plataforma feminista Yo Sí Te Creo en Cuba.
Las primeras informaciones sobre la muerte de Caridad Medina y su madre, Adaris, salieron a la luz ayer, pero los hechos ocurrieron el pasado miércoles. El victimario, una vez más, fue la expareja de la mujer, quien se suicidó después de asesinar a ambas mujeres.
Según versiones, el homicida sufría frecuentes ataques de celos, que pudieron ser el móvil del crimen, un motivo similar al que provocó la muerte a una joven el lunes de esta misma semana en el municipio cienfueguero de Aguada de Pasajeros.
Con el caso de Caridad suman 15 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en Cuba, una tendencia que se ha disparado desde el mes de enero sin que hasta el momento haya pronunciamiento alguno del gobierno o sus instituciones para intentar ponerle freno.
En 2022 hubo 34 feminicidios en Cuba, pero de seguir la tendencia actual, en 2023 la cifra puede superar las 70, una razón de peso para que las autoridades tomen cartas en el asunto, aunque, al parecer, hacen todo lo contrario y no terminan de aceptar que esos casos se han convertido en un problema para el país.
La dictadura, sus medios y las instituciones jurídicas y policiales, parecen, o prefieren, pasar de largo, con la intención de seguir vendiendo al mundo la imagen de país tranquilo, algo que hace mucho tiempo no es así.