Oscar Durán
Para ser Presidente de un país, el sentido común y la coherencia son dos aspectos fundamentales. Sin embargo, a Andrés Manuel López Obrador, mandatario mexicano, parece que la edad le está zafando varios tornillos de su cerebro y cada día suelta cada burradas, al estilo Nicolás Maduro cuando dijo que Cristo multiplicó los penes.
Esta vez, Obrador fue menos promiscuo que Maduro, pero tiró una de las estupideces más grandes de su vida en las conclusiones de una reunión virtual de la Alianza de Países de América Latina y el Caribe contra la Inflación: “Cuba está como para irse a vivir allá”.
A ver, AMLO, eso no tiene problema. Te donaremos una casa en Marianao, donde todo está bueno. Tendrás tu libreta de abastecimiento, debes marcar en la cola del pollo desde las cinco de la mañana a ver si alcanzas a comprar. Los apagones, por ser a ti, solo serán de 15 horas. Usa repelente porque si te pica un mosquito y coges dengue, te ingresarán en la casa pues no hay medicamentos ni condiciones en los hospitales.
A las ocho de la noche podrás ver el noticiero y levantarás el ánimo. Incluso, puedes meterte por la pantalla y comprar carne de cerdo a bajo precio y abrazar a Humberto López por tantas noticias gratificantes para el pueblo.
Según Kenia López, Senadora azteca, las estupideces de Andrés Manuel no son todas propias. “Si le hacemos un zoom a una de sus orejas, veremos que usa unos audífonos donde le soplan varias cosas. Da alegría saber que sus burradas no son todas propias. Eran muchas, demasiadas, en exceso para una sola persona”.
Pero vamos a pensar que ayer fue el Día de los Inocentes en México y el Presidente ironizó. Tampoco seamos tan malos. De lo contrario, si todo esto fue en serio, vayan preparando un Diploma porque el próximo Hijo Ilustre de Marianao se llamará Andrés Manuel López Obrador.
