Oscar Durán
Daniel Hernández, Tekashi 6ix9ine, volvió a Cuba después de recibir una golpiza por tres tipos en el baño de un gimnasio en los Estados Unidos. Llegó a Pinar del Río con 50 mil dólares para filmar un video clip de la canción Leyenda Viva. Nadie sabe cómo el rapero burló la Aduana y pudo pasar esa cantidad de dinero, cuando está estipulado que la dictadura cubana solo deja ingresar 10 mil usd.
A menos de dos meses de su última visita a la isla, Hernández regresó y se burló del régimen de La Habana a sus anchas. Repartió unos cuantos verdes y nadie lo pudo parar. Posiblemente hasta los de la Seguridad del Estado se hicieron los bobos y agarraron par de Benjamin Franklin.
Si el tardocastrismo está siempre al tanto hasta de las hojas que se caen, ¿cómo este señor tuvo tanta libertad dentro de esa cárcel que es Cuba? ¿Dónde obtuvo los permisos de filmación? ¿Cómo pudo repartir tantos billetes y no le pasó nada? Francamente ha causado asombro que la dictadura se hizo la de la vista gorda.
Los que sí no se hicieron los de la vista gorda fueron las personas que agarraron el dinero. No los voy a criticar, pero sí les voy a decir un secreto: el video ya tiene siete millones de reproducciones y Daniel Hernández se está llenando los bolsillos a costilla de la miseria del cubano.
No somos nada como nación. Que vaya un raperito de quinta y paralice un lugar porque se corrió a voces que reparte dólares, da vergüenza. Ninguno de los que recibió dinero había oído un solo tema de Tekashi. Nos seguimos esclavizando como unos tontos. La esperanza y la libertad están muy lejos de alcanzarlas. Ni el intento hacemos.
¿Ustedes se acuerdan que a Luis Manuel Otero Alcántara le inventaron una causa judicial porque hizo un performance con la bandera? Bueno, 6ix9ine alardeó lo que le dio la gana con la enseña nacional y nada pasó. Literalmente se cagó en la leyes y la vida siguió igual.
Por lo tanto, quedó demostrado: lo que nos impulsa y mueve no es acabar con el gobierno. Los verdes están por encima de todo