Llegan a 20 los feminicidios en Cuba y la Policía queda mal parada

Por Anette Espinosa
La Habana.- La muerte de una mujer a manos de su pareja en el municipio de Aguada de Pasajeros, en la provincia de Cienfuegos, elevó a 20 los casos de feminicidio en lo que va de año en Cuba, más de la mitad de los 34 que ocurrieron el año anterior y justo cuando comienza el cuarto mes del año.
Según reportes en redes sociales, la mujer fue asesinada delante de sus dos hijos, la mayor de las cuales, una niña de seis años, salió corriendo de la casa con su hermanito de dos, mientras el asesino se atrincheraba en el hogar y no salía, pese a la presencia de dos policías, quienes pidieron más refuerzos, porque tuvieron miedo de entrar.
La víctima, de nombre Rosa Amelia Sotolongo, tenía solo 22 años de edad y fue macheteada por el marido, quien, según versiones, ya la había agredido antes. Incluso, los vecinos dicen que este había intentado quitarse la vida por celos, aunque una amiga de la víctima adujo que «no estaba loco como dicen ahora. Él sabía lo que hacía y la mató por celos».
Los vecinos de Aguada de Pasajeros, mientras, critican el papel de la Policía, porque dos de los agentes llegados al lugar mientras el hombre permanecía atrincherado en la casa, no tuvieron valor para entrar, a pesar de que, como de costumbre, estaban armados.
Ambos pidieron ayuda a la estación provincial, distante más de 60 kilómetros, y hasta que no llegaron los refuerzos no allanaron la casa para detener al asesino, quien antes había amenazado a los vecinos que intentaron controlarlo.
Con el caso de Rosa Amelia Sotolongo son 14 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en Cuba, una tendencia que se ha disparado desde el mes de enero sin que hasta el momento haya pronunciamiento alguno del gobierno o sus instituciones para intentar ponerle freno.
En 2022 hubo 34 feminicidios en Cuba, pero de seguir la tendencia actual, en 2023 la cifra puede superar las 70, una razón de peso para que las autoridades tomen cartas en el asunto, aunque, al parecer, hacen todo lo contrario y no terminan de aceptar que esos casos se han convertido en un problema para el país.
La dictadura, sus medios y las instituciones jurídicas y policiales, parecen, o prefieren, pasar de largo, con la intención de seguir vendiendo al mundo la imagen de país tranquilo, algo que hace mucho tiempo no es así.