Por Fernando Clavero
La Habana.- El lanzador Yariel Rodríguez, el primer abridor de Cuba en el V Clásico Mundial de Béisbol, se la dejó en la mano al castrismo y hasta a los Dragones de Chunichi japoneses. El pitcher cambió de rumbo en las últimas horas y voló a República Dominicana con la intención de llegar a un acuerdo con algún equipo de Grandes Ligas.
El lanzador camagueyano, de 26 años de edad, no volverá al país del Sol Naciente a jugar en aquella liga. El hombre se dio cuenta de que podía probar fuerzas en las Grandes Ligas y decidió abandonar la isla y romper su pacto con el equipo japonés y con la Federación Cubana de Béisbol, que actúa de intermediaria o representante y saca una buena tajada de todo ese movimiento.
Rodríguez se convierte de esa forma en el segundo miembro de la delegación cubana al Clásico que abandona el sistema deportivo cubano, y el primero del roster oficial, porque el receptor Iván Prieto solo fue como catcher de bullpen y se quedó en Miami.
El pitcher, cuya recta oscila entre las 94 y las 97 millas no tendrá problemas en Quisqueya para firmar con algún equipo de la MLB, porque por su edad ya no estará sujeto a las restricciones de firmas internacionales, una condicionante que se cumple solo para los menores de 25 años.
Según el especialista en Grandes Ligas Francys Romero, el derecho cubano, que dejó muy buena impresión en el V Clásico, podría optar a un contrato por cinco o seis años y unos 50 millones de dólares en la Gran Carpa, una cifra nada despreciable.
Además de su aval en el V Clásico, lo respaldará su trabajo en Japón, aunque la recién finalizada lid, en la cual Cuba llegó a semifinales, hará que los buscadores de talento vayan a por él.