Por Fernando Clavero
La Habana.- Estados Unidos será el rival de Cuba en las semifinales del V Clásico Mundial de Béisbol, que es lo mismo que decir que se encontrará con el más temible de los contrarios, porque los estadounidenses, hombre por hombre, tienen la banda más poderosa de cuantas han salido al diamante en el torneo.
En cada posición tiene el Team USA una estrella, incluso en el banco para sacarlo de emergente, como ocurrió este sábado ante Venezuela, cuando el manager Mark DeRosa llamó de emergente a Pete Alonso con la intensión de que conectara un gran batazo y empatara el partido, pero igual logró llegar a primera con una pelota que ni tirada con la mano.
Luego, el noveno en el orden al bate, el torpedero Trea Turner, mandó la pelota a las tribunas, en incómodo conteo, al adivinar un lanzamiento del derecho Silvino Bracho, un pitcher con seis años de experiencia en las Grandes Ligas, pero apenas 90 innings lanzados. No necesitaron más los norteños, porque el bullpen se encargó del resto, en uno de los partidos más emocionantes hasta ahora de todo el campeonato.
Ante esos tendrá que lidiar Cuba, cuyo pitcheo ha de obrar fino para evitar que la fuerte toletería norteña lo saque del juego, y le permita llegar con opciones hasta el final, aunque sea por aquello de que en el béisbol, y en el deporte en general, no hay enemigo pequeño.
Cuba tendrá que hacerlo todo bien, incluso desde el puesto de mando, para tener posibilidades de victoria, porque el rival es más fuerte en todas las posiciones, en todos los aspectos del juego, incluso -y sobre todo- desde el puesto de mando, porque en el partido ante los venezolanos, si en lugar de estar DeRosa hubiera sido Armando Johnson, en el octavo jamás hubiera hecho cuatro carreras.
Y lo describo fácil: luego de la base por bolas al segunda base Tim Anderson, el manager cubano casi seguro hubiera apostado por el toque de bola para intentar descontar una. Pero supongamos que se hubiera embasado Alonso u otro bateador, y entonces los hubiera intentado adelantar con Realmuto y otro sacrificio. Y no hubiera venido nunca Turner con las bases llenas.
Hay tan pocas posibilidades de hacer carrera en el béisbol, que es necesario aprovecharlas todas, y en eso Estados Unidos es superior.
Cuba anunció al zurdo Roennis Elías, con experiencia en Grandes Ligas, para abrir la semifinal, aunque todos sabemos que eso puede cambiar a última hora, mientras Estados Unidos, según algunos medios, contará con el derecho Adam Wainwright, un veterano lanzador de 41 años, que forma parte de los Cardenales de San Luis en la llamada Gran Carpa y que es una verdadera máquina de tirar strikes.
Aunque también pudiera ser el derecho Merrill Kelly, un pitcher de 34 años y cuatro de experiencia en la MLB, luego de haber lanzado en Corea, y con récord de 36 triunfos y 35 reveses con los Diamondbacks de Arizona.
¿Quién va a ganar? No lo sé, pero si tuviera que apostar no le pondría mi dinero a la escuadra cubana, a no ser que me dieran una ventaja previa, aunque ya sabemos que el béisbol suele deparar sorpresas y no siempre gana el más fuerte o el favorito. Hay muchas pequeñas cosas alrededor del juego que pueden cambiar la situación de un partido. Eso sí, si Cuba quiere ganar, tendrá que hacerlo todo perfecto.
Pero a mi no me hagan caso: comparen hombre por hombre, en cada una de las posiciones del campo y luego me dicen. Si gana Cuba, enhorabuena por los fanáticos del llamado Team Asere, y si lo hace Estados Unidos, no pasará nada, porque es lo que está previsto, lo que debe ocurrir cuando dos rivales de marcada diferencia miden fuerzas.