Por Jorge Sotero
La Habana.- Juro que nunca leo Cubadebate, y de Granma solo los titulares, sin que ninguno me provoque a abrir una nota. Así me pasa cada día de todos los meses. Hoy fui al muro de Edmundo Dantés Junior y me encontré algo sobre los trenes y un ‘novedoso’ servicio de wifi, con el que contarán desde ahora, como si fuera la más grande novedad del mundo.
El titular -tomado de Granma, por cierto- dice: «Trenes cubanos contarán con servicio Wi-Fi», pero no debería ser tan así, al menos si el periódico o la publicación digital contaran con editores responsables y periodistas serios. Yo hubiera puesto algo como esto: «Cuba, último país del mundo con wifi en los trenes», o «Al fin llega el wifi a los trenes en Cuba», todo eso tomando como base que en Cuba casi no hay trenes y que el wifi no será de banda ancha ni libre. ¡Cuántas condicionantes!
La nota dice que «La Empresa de Soluciones Integrales de Telecomunicaciones S.A. (Solintel), trabaja en un proyecto para instalar el servicio Wi-Fi a los pasajeros que viajan en trenes como parte del proceso de informatización de la sociedad» y agrega que el ingeniero tal explicó que «este proyecto representa un valor agregado para el ferrocarril que permitirá un nuevo estándar de confort y que tiene su antecedente en la flota de catamaranes y en la zona de Varadero».
Sin embargo, eso no es para ahora mismo, sino que se trata de un programa a mediano plazo que tiene un «cronograma de trabajo (que) contempla iniciar con una prueba piloto para el tercer trimestre, y adelanta que para fines de año ya habrá wifi en algunos tramos. Algo así como que cuando un tren pase por Camagüey tendrá internet, y cuando abandone la ciudad, volverá el silencio.
De verdad que lo de Cuba, lo de Granma y lo de Cubadebate es de locos. Por ejemplo, todos los trenes de la India, incluso de las regiones más apartadas, de los lugares más insospechados, tienen ese servicio libre, y de alta velocidad. Y lo mismo pasa en los lugares de África donde hay ferrocarril.
La publicación de cosas así sólo las entiendo si van dirigidas a esos cubanos a los que la dictadura sodomiza y pretende mantener en su habitual esclavitud de pensamiento. Porque en Cuba, aunque no lo creamos, hay personas que aún dicen: «Si lo dijo Granma es verdad», o «si eso lo dijo Randy Alonso, ponle el cuño». Y yo no puedo con tanto, lo juro.
Y la nota, para terminar ya y no aburrirlos, y no estresarme yo, aclara que «los pasajeros podrán enviar y recibir mensajes de correo electrónico con archivos adjuntos, tendrán acceso a la intranet corporativa y podrán navegar por la web, chatear online con acceso a redes sociales y aplicaciones».
Es el colmo. Hasta mi hijo, de siete años, sabe lo que se puede hacer o no con internet, aunque la de Cuba siempre tiene problemas, ya sea por un apagón, por un rayo, por algún conato de protestas, o por la santa voluntad de la dictadura. Y ahora se hacen los buenos con esto de wifi en los trenes, así en plural, como si el servicio ferroviario en Cuba fuera tan bueno.
La culpa, insisto, es de Edmundo Dantés Junior, a cuya página en Facebook vale la pena entrar, porque siempre tiene lo último sobre muchos temas de la actualidad cubana.
La culpa es de Edmundo Dantés Junior
