Por Oscar Durán
Si se hace un ranking de los papelazos virtuales de las mujeres de los Presidentes del mundo, el nombre de Lis Cuesta, la esposa del puesto a dedo Miguel Díaz Canel, tiene el uno en la lista.
Cuesta sigue dejando en ridículo a la dictadura castrista. Nadie la detiene. ¿Cómo esta señora no tiene al lado un grupo de apoyo para controlarle sus monumentales disparates? Por favor, que alguien le diga: “Machi, mi niña, ponte a sembrar arroz en Yara o dedícate a producir harina de yuca para ver si el pueblo calma su hambre. Está bueno ya de papelazos”.
Lo último que metió ha sido motivo de risa entre la comunidad cubana. “Babalaos, , ¡actívenseeeeee! ¡Agua y cascarilla pal terreno!”. Este twitter, en clara alusión al juego de pelota entre Cuba y Australia, es chusma y chancletero, con el respeto que se merece la sociedad Yoruba. Una Primera Dama -sí, Primera Dama, aunque Diaz Canel diga lo contrario- no puede caer en esto. Pena y vergüenza deberían darle a esta mujer y a la retreta de ciberclarias que tiene al retortero.
Hace unos días también se declaró Comunista en otro polémico mensaje por la red social del pajarito. Sí, soy comunista y qué? ! Que es una utopía, que aún se construye el socialismo, que no llegaré a verlo y qué? ! Mejor pensar y luchar por TODOS que en términos egoístas y eso es el comunismo. Celebro el Manifiesto Comunista”.
“No eres comunista, eres la esposa de un dictador que defiende los beneficios que le brinda el puesto que le regaló otro dictador. ¿Luchar por todos, tú, cuéntame cómo es que lo haces con tus relojes y zapatos caros? Ustedes solo han traído pobreza y sufrimiento a Cuba”, le respondió un usuario identificado Liborio de Cuba.
Definitivamente, Lis Cuesta anda a la cara. En vez de llamarla Primera Dama, ¿por qué no le decimos la chancletera de Twitter?