Cuba, vuelven los letreros contra el régimen

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Por Anette Espinosa
La Habana.- Al gobierno cubano no le gusta que lo toquen ni con un pétalo de una rosa, y a cualquier acción que pueda volverse tendencia le salen al paso con vehemencia inusitada. Por eso metieron presos a los presuntos líderes del movimiento de protesta del 11 de julio, y por eso hacen el ridículo todo el tiempo borrando letreros o haciéndoles actos de repudio.
Pero el cubano, que aún carga con una alta dosis de miedo encima, o que le teme a las mazmorras castristas, siempre se las arregla para ponerlos en jaque, en un lado u otro, de una forma u otra. Porque a eso si le presta atención la policía, incluso hasta la policía política. O más la política.
Los que se dedican a moverle el piso al régimen saben que donde quiera que haya un incendio, dirán que fue un accidente, un rayo, o se inventarán una historia distinta, pero no puede la población creer que hay una mano detrás, alguien que quiere terminar con el gobierno, y mucho menos imaginar que las hordas armadas y los chivatos de ocasión no han dado con él. Eso nunca.
Lo mismo pasa con los letreros. Los gobiernos municipales y las unidades de la policía en cada territorio tienen la tarea de desaparecer los letreros, en cualquier lugar donde estén. Para eso tienen que buscar pintura y tapar el mensaje que han dejado en el lugar. En algunos casos, incluso, los defensores del castrismo han hecho actos de repudio a los letreros, en una de esas cosas inauditas que no te imaginarías si vivieras en cualquier otro país del mundo, pero que sabes que en Cuba es posible.
La víspera, las redes sociales le dieron visibilidad a un letrero, en Calle Crespo y Trocadero, en el municipio de Centro Habana. Esta vez no fue en una pared, sino en el pavimento, para que no vaya nadie a quitarlo con un poco de pintura.
El cartel rezaba «Abajo la dictadura» «Castros asesinos», y en algún momento del día hubo patrullas parqueadas en las intersecciones de la calle, para impedir que la gente pasara, o que hicieran fotos, pese a lo cual algunas se filtraron en las redes, incluso hasta algún vídeo.
A estas alturas del miércoles, ya deben habérselas arreglado para quitar el letrero, incluso con asfalto nuevo, aunque eso sea casi imposible de encontrar en La Habana, porque la dictadura funciona así y su único interés es tratar de dar una imagen de tranquilidad y homogeneidad que nadie se cree en un país donde las personas se mueren de hambre, literalmente.

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