Cuba jugará las semifinales en Miami

DEPORTIVASCuba jugará las semifinales en Miami

Por Fernando Clavero
La Habana.- La selección cubana de béisbol jugará en Miami. El triunfo ante Australia en el primero de los partidos de semifinales en el Tokyo Dome, por 4-3, le garantizó a la escuadra cubana un boleto para disputar las semifinales en el segundo lugar del mundo donde más cubanos viven, la llamada Ciudad del Sol, la misma en donde hay miles de refugiados que huyeron de la isla y de su tenebroso sistema.
La escuadra cubana ganó en buena lid a la australiana. Su pitcheo, salvo algún desliz puntual, como el de Roenis Elías en el sexto capítulo ante el inicialista Rixon Wingrove -quien le pegó jonrón de dos carreras- lo hizo bien. Y el ataque sacó provecho del mejor momento del partido, el final del quinto episodio, para marcar las tres carreras que necesitaban para quebrar el abrazo y llevarse la victoria.
Igual, como en todo partido de béisbol, hubo errores, y no hago referencia a la pifia de Erisbel Arruebarrena en el campo corto, que costó una carrera, porque son cosas del juego, sino a los hombres sorprendidos en las bases, como el propio Arruebarrena en corrido hasta tercera, o a Yoan Moncada, sorprendido en la inicial.
Incluso, a alguno de la dirección, como la insistencia en el toque de sacrificio, una acción que han realizado muchas veces sin que produjeran una sola carrera por esa vía hasta el momento.
Todo eso, sin embargo, es parte del pasado, porque Cuba ha conseguido su segundo mejor resultado en un Clásico Mundial, luego de jugar la final de 2006 ante Japón, en la cual perdió. Y ahora, se coloca a solo un paso de estar en otro partido por el título, y nada menos que en la ciudad de Miami, donde el equipo contará con apoyo, pero también con críticos.
El camino a Miami no fue fácil para la escuadra que dirige Armando Johnson y que tiene como entrenadores a dos glorias de Cuba: Orestes Kindelán y Pedro Luis Lazo, máximo jonronero y pitcher con más juegos ganados, por ese orden.
Los cubanos son los primeros clasificados para semifinales. Y lo hicieron tras una remontada tremenda, luego de perder sus dos primeros partidos ante Países Bajos e Italia, que dejaron al equipo al borde de la eliminación, y solo luego de una combinación casi milagrosa de resultados, terminaron primeros en en Grupo A, que se jugó en el International Stadium de Taichung.
Para algunos pudiera ser suficiente con estar en semis, pero los jugadores y el entrenador quieren más, pretenden demostrar que el béisbol cubano -y no el que se juega en Cuba, precisamente- tiene fuerza aún y hay talento en los jugadores. La inyección de figuras que militan en otras ligas, incluyendo varios con presencia presente y pasada en las llamadas Grandes Ligas ha cambiado la situación para la escuadra antillana.
A los que dirigen Cuba no les quedó más remedio que dar el brazo a torcer y permitir que fueran llamados jugadores que juegan y viven en Estados Unidos, a donde huyeron con la intención de hacer carrera, de ganar dinero con su talento, algo que en la isla era imposible.
Ahora toca a esperar por el rival en semifinales, y por el resultado de ese partido, pero para entonces aún faltan unos días y habrá tiempo para hacer conjeturas y para ver cómo, desde Cuba, el llamado presidente y algunos otros pejes gordos, se vanaglorian por lo hecho. Eso es lo que me duele, porque durante 60 años coartaron la carrera de cientos de peloteros que pudieron militar en Grandes Ligas y tener un futuro diferente, y no vivir en la pobreza más absoluta luego de colgar los spikes.
Por hoy voy a pensar en el equipo, en los niños ilusionados con la actuación cubana, y me voy a olvidar de viejos rencores, de decisiones desacertadas, de chantajes, y de las prohibiciones de un gobierno que es el único culpable de los males que aqueja el béisbol en Cuba, que no ya el que juegan los cubanos allende las fronteras del país donde nacieron.

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