Por Fernando Clavero
La Habana.- El V Clásico Mundial de Béisbol es el torneo de las sorpresas, tal vez como en ninguna otra edición de estas lides, sobre todo por los resultados que se han producido hasta ahora, incluyendo la clasificación de Cuba como primera de un grupo en el que quedó fuera Países Bajos, su bestia negra.
Pero dejemos a Cuba para el final, la alineación de los astros para facilitar su pase a cuartos de final, y el partido que le viene encima ante Australia, un rival más accesible que el Japón de Shohei Ohtani.
Luego de ganar los dos primeros partidos, la eliminación de Países Bajos fue sorpresiva, solo le bastaba imponerse en un juego para hacer sus maletas e irse a Japón, sin embargo las hicieron pero de vuelta a Amsterdam, luego de un quíntuple empate en el que cubanos e italianos sacaron la mejor de las tajadas. Los otros, China Taipei y Panamá, podían ganar o perder sin que sus resultados se robaran titulares, pero no los holandeses,
Lo de Japón no sorprendió a nadie. Los del Sol Naciente son los que mejor juegan en estos torneos, no por gusto ganaron las dos primeras lides y archivan dos terceros lugares. Nada mal para un torneo en el que Estados Unidos y República Dominicana, dos potencias mundiales, solo tienen un título sin haber jugado más finales, y sin terceros lugares.
El béisbol es veleidoso, pero los nipones parecen favoritos para llegar a semifinales, sobre todo porque jugarán en casa y tendrán disponible todo su cuerpo de lanzadores para el choque ante los italianos. Con ellos, hasta ahora, no hay casualidad.
En el capítulo de las sorpresas entra también la victoria por 11-5 de México frente a Estados Unidos. Nada menos que ante una de las escuadras anfitrionas, en un partido en el que el cubano Randy Arozarena, el jardinero izquierdo y primer bate de los mexicanos, pegó tres hits en cinco turnos y anotó tres veces.
Los mexicanos pegaron 15 imparables ante el cuerpo de pitcheo norteño, en tanto la poderosa batería estadounidense solo ligó ocho ante la representación del país de los antiguos aztecas. Y eso que por EEUU alinearon, entre otros, Mookie Betts, Mike Trout, Paul Goldschmidt, Nolan Arenado y Pete Alonso, entre otros.
La derrota no elimina a Estados Unidos, ni le da la clasificación a México, pero obliga a los primeros a no volver a perder, y significa un respiro para los mexicanos, incluso en lo anímico, de cara a los dos partidos restantes. En este grupo, más allá de la sorpresa mexicana, pueden ocurrir otras en las rondas siguientes.
Lo mismo pasa en el Grupo D, donde lidera Venezuela, con dos victorias sin reveses, y con casi un pie en cuartos de final, porque le ganó a los dos rivales más difíciles de la llave, Puerto Rico y Dominicana, uno de los cuales, casi seguro, tendrá que hacer las maletas y a casa.
Lo de Cuba es párrafo aparte. Cuba estaba fuera, por mal juego, apatía en el terreno, mal manejo de las piezas por parte de la dirección, pero el grupo A, el más parejo de todos, se enredó de tal manera, que el empate múltiple terminó con colocarlos como ganadores, luego de los dos fracasos iniciales.
Ni el más ferviente de los seguidores de la escuadra cubana hubiera apostado por ellos, pero lo cierto es que estarán en el Tokyo Dome, en busca de un puesto en semifinales. Si lo consigue, no será ya tan sorpresivo como haber llegado hasta allí, luego de caer ante Países Bajos e Italia.
De cualquier manera, el Clásico aún puede traer alguna otra sorpresa.