Por Anette Espinosa
La Habana.- A todos esos problemas que enfrenta el cubano cada día, provocados por la escasez de todo lo que uno se puede imaginar, se suma en la última semana una plaga de chinche que avanza desde oriente hasta occidente con más velocidad que la invasión de Gómez y Maceo en la guerra contra España.
Hasta hace una semana solo se hablaba de la plaga de chinches en Santiago de Cuba, donde habían llegado a las escuelas, las prisiones y hasta a los centros hospitalarios, pero en los últimos días los referidos insectos han sido detectados en prisiones de Matanzas y escuelas de Camagüey y Cienfuegos.
Las chinches son extremadamente molestas porque pican constantemente la piel para extraer la sangre con la cual se alimentan, y aunque es poco posible que los pacientes tengan reacciones a las picaduras, , sí les dejan muchas marcas y picazón, además de los tradicionales temores de que pueden trasmitir o propagar otras enfermedades, aunque esto no es posible.
Para colmo de males, no hay en las farmacias de ninguna de las provincias mencionadas ningún tratamiento contra esos ácaros, que en el mundo se combaten generalmente con las piretrinas y los piretroides, los más comunes entre todos los compuestos contra ellas y otras plagas domésticas. Las piretrinas son insecticidas botánicos derivados de las flores de crisantemo.
Aunque estos animalitos suelen esconderse en la piel de algunos animales domésticos, como los perros y los gatos, o en otros lugares de la casa, su hábitat favorito en el hogar son las camas, escondidos en los colchones, las frazadas o los edredones, donde encuentran la temperatura idónea para vivir.
Una vez que los insectos entraron en esos sitios son muy difíciles de combatir, porque pueden vivir meses sin alimentarse de sangre, por eso es tan importante la prevención.
La Cimex hemipterus es la más frecuente en climas tropicales, donde pueden alcanzar tamaños de entre uno y siete milímetros.
Ya en Santiago hubo que cerrar una escuela, la secundaria básica Otto Parellada, hace cuatro semanas, para someterla a una fumigación, pero el mal se extendió a otros centros docentes, a prisiones y a hospitales, los lugares donde habitualmente hay menos higiene en el país.
La situación, sin embargo, ya pasó a otras provincias, por lo que no es de extrañar que en cualquier momento el país completo esté inundado de chinches, mientras las autoridades de salud pública siguen en su inmovilismo habitual, porque los recursos del país priorizan al sector turístico.