Por Anette Espinosa
La Habana.- El parlamento cubano, según la agencia oficialista Prensa Latina, tiene la misión de perfeccionar la sociedad y «el reto de comunicar lo hermoso del sistema político de Cuba, la manera en que el pueblo ejerce el poder», en otro onanismo de los medios con la abierta intención de validar lo invalidable.
Prensa Latina apela a Idaliena Díaz, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Guantánamo, quien es candidata para un tercer mandato, para darle voz a la utópica perfección, porque desde que el mundo es mundo, solo se perfecciona aquello que ya está bien. Y en Cuba no hay nada bien.
La guantanamera dice que el delegado de circunscripción constituye la piedra angular de la estructura del gobierno, y llama la atención que lo diga alguien que debe trabajar directamente con esas personas que le ponen directamente la cara a los cubanos, sin poder resolver ni el más mínimo de los problemas, a veces no por incapacidad, sino porque no tienen cómo hacerlo, no cuentan con recursos, pero el gobierno los envía como tropa de choque.
También dice la nota, que parece destinada a personas sin capacidad alguna de análisis, que es importante «que la ciudadanía se involucre en el control gubernamental y en la solución de los problemas de la comunidad», y uno no tiene menos que preguntarse cómo se pueden enrolar las personas en ese control, en un país donde no se puede tocar con el pétalo de una rosa a los dirigentes.
Las palabras de Díaz, a las que da bombo PL, parecen salidas de una novela de ficción, no solo por lo de perfeccionar la sociedad, sino por el papel que intenta darle a los llamados delegados de circunscripción, y, según cuenta, lo hace desde su experiencia como dirigente desde esas instancias.
Solo habría que ir a Guantánamo y preguntarle a los habitantes de la ciudad para saber qué ha hecho ella por ellos, por mejorar las infraestructuras de la ciudad, las escuelas, los hospitales. Pero eso no lo va a hacer Prensa Latina, que cada día se parece más al diario Granma, en su afán por edulcorar y adornas la realidad cubana.
Lo cierto es que en Cuba no hay nada que perfeccionar, porque todo es un desastre. No hay un sector en Cuba que funcione como normalmente debería hacerlo. Ni la salud, ni la educación, ni los servicios o la producción de cualquier cosa. La industria prácticamente no existe, la pesca tampoco y la generación de energía eléctrica es un desastre total.
Solo funcionan en Cuba las fuerzas represivas, dotadas de todos los recursos y medios para someter a la población si ocurre otro intento de levantamiento, como el ocurrido el 11 de julio de 2021. Esos si están perfeccionados y la gente lo sabe.