Por Anette Espinosa
La Habana.- El gobierno cubano tiene centenares de tareas pendientes. Es difícil enumerarlas todas, incluso hasta una parte pequeña, porque hacia donde quieras que mires te encuentras los fracasos constantes de un proyecto social decadente. Sin embargo, el tema de la vivienda fue siempre de los más acuciantes, sobre los que más promesas se hicieron y de los que peor anda.
Uno de esos vídeos del impuesto presidente Díaz Canel, que es motivo constante de burlas en las redes, hace referencia a lo que tienen que hacer los gobiernos municipales para resolver los problemas de vivienda. El mandatario, que al parecer se había extralimitado en el consumo de sustancias psicotrópicas, dijo que si cada uno de los municipios del país hacía una vivienda y media por día, en 10 años habría en Cuba un millón de inmuebles nuevos. Y problema resuelto.
Ese vídeo lo pusieron en la televisión nacional, solo que no tuvo tantas burlas en su momento como aquel de que «la limonada es la base de todo», pero igual pudo haberle costado caro a alguien si Machado Ventura o Raúl Castro le hubieran halado las orejas al mandatario, convertido en una especie de niño de azotes de la familia real cubana.
Al final, no una casa y media por día, sino ni una por mes se pueden construir en Cuba. Si no hay cemento, acero, pisos, madera, aluminio, cristales, muebles sanitarios, cómo se van a levantar viviendas. En Cuba no hay ni materiales para reparar las que ya están hechas, que en muchos lugares se caen a pedazos.
Los llamados rastros de los municipios no venden nada. Ni bloques encuentras en ellos, y si vas a buscar algo, te dicen que es solo para damnificados, pero si alguna vez entra algún material, al momento pasa al mercado negro, una red que florece en todos los ámbitos de la sociedad cubana por la ineficacia gubernamental, cada vez con precios más altos, a veces hasta cinco veces los que tienen los productos inicialmente.
Ahora, unos tres años después de que el torpe de Díaz Canel dijera lo de las viviendas, aparece el primer ministro más ineficiente del mundo, Manuel Marrero, y dice que en el tema de la vivienda «no se ha logrado avanzar», y yo me pregunto cómo puedes decirlo así, con tanta indolencia, cuando no has hecho nada para que las personas normales puedan hacer sus casas.
En Cuba solo construye viviendas las Fuerzas Armadas, para mantener contentos a sus miembros. Son unos apartamentos horribles, con diseño feísimo y peor acabado, pero con eso basta para tener enganchados a los militares. Y también se construyen para los policías, sobre todo para esos que llegan del oriente y enseguida ascienden en la escala de grados.
A los médicos y a los deportistas famosos también se le entregan algunas casas, pero solo aquellas que el gobierno decomisa, por haber hecho sus dueños algo fuera de la ley o por haber abandonado definitivamente el país.
A las FAR, incluso, los gobiernos municipales no pueden imponerle aquellas cuotas que aplicaban antes a las empresas que tenían microbrigadas y que las obligaba a entregar un cuarto o un quinto de los apartamentos para personas con problemas.
Marrero, consciente de que estará 10 años o más como primer ministro y que su puesto no estará en juego por muy mal que lo haga, dijo que «sabemos que nuestro pueblo espera mayores resultados, y para esto trabajamos». Así lo puso en twitter, una herramienta que los dirigentes cubanos usan cada vez más, ante la incapacidad para expresarse con coherencia en los medios o dar la cara a la población.
https://twitter.com/MMarreroCruz/status/1630918131030818816/photo/1
«El programa de la vivienda en Cuba, es uno de los temas con más impacto social. Cada mes chequeamos su estado de cumplimiento en reunión con los gobernadores. Sabemos que nuestro pueblo espera mayores resultados, y para esto trabajamos» comentó Marrero, para quien, como para otros dirigentes, basta con chequear, hacer una reunión, hablar del tema, como si eso fuera a resolver el problema de un país, donde te puedes encontrar hasta cuatro generaciones compartiendo una vivienda. Incluso hasta cinco familias.
Lo de Marrero y Díaz Canel no tiene comparación. No hay iguales en el mundo. No puede haber gobernantes tan ineptos, tan descaradamente conscientes de que no consiguen nada, porque ni ellos ni el sistema que defienden da para más. Pero siguen ahí y jamás ninguno renuncia, porque saben que si lo hacen pasarían a formar parte del pueblo, de esas personas que no solo no tienen donde vivir, sino tampoco comida, ropa, atención de salud…
No hemos podido avanzar, así dice Marrero y problema resuelto. Y así ha ocurrido desde hace 64 años con todo. No hemos podido cumplir, pero trabajamos… frases vacías y monótonas, siempre y cuando no apelen enardecidamente a la predilecta: es culpa del bloqueo.
El gobierno cubano está bloqueado. Tienen demasiada grasa en el abdomen sus dirigentes y por eso no consiguen dar un paso adelante, o al menos pensando en un pueblo cansado de todo y agobiado por un sistema que fenece, aunque sus defensores se nieguen a aceptarlo.
