España y Cuba, dos formas de ver el feminicidio

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Anette Espinosa
La Habana.- La violencia contra la mujer se ve de manera diferente en Cuba a como lo hacen otros países del mundo, entre ellos España, cuyo gobierno está alarmado por los nueve feminicidios ocurridos desde el primero de enero de 2023 hasta la fecha.
Este miércoles, el Palacio de La Moncloa -la sede del ejecutivo del país ibérico- destacó en un comunicado que una mujer había muerto en Sevilla por violencia de género, y aclaró que era el noveno del año y el mil 191 desde que se contabilizan, allá por 2003.
«El número de mujeres asesinadas por violencia de género en España asciende a nueve en 2023 y a 1.191 desde 2003, cuando se empezaron a recopilar datos», destaca la nota del ejecutivo, que aclara que la víctima no tenía hijos menores de edad y que tampoco había denuncias de violencia contra su agresor.
Mientras, aclara que «la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, quieren expresar de nuevo su más absoluta condena y rechazo a este asesinato machista y trasladan todo su apoyo a familiares y amistades de la víctima», y aclaro que en Cuba no hay ni ministerio de Igualdad ni delegados contra la violencia, que solo existe el Cenesex, controlado por la familia Castro.
Cuba, mientras, va por 16 casos de feminicidios en lo que va de año, y el gobierno no se pronuncia, no dice nada, no habla del tema, como si todo estuviera bien y las mujeres que mueren cada dos o tres días no le importaran a nadie. Incluso, el asesino de la última, una enfermera espirituana, aún anda prófugo, porque los agentes de la policía no han podido capturarlo.
España tiene casi 43 millones de habitantes, sin contar los emigrantes, y Cuba tiene poco más de 10, o puede que hasta menos si contamos la enorme cantidad de personas que abandonaron la isla en el último año y medio. Las cifras cubanas, manejadas solo por medios alternativos al gobierno y por organizaciones no afines a la jerarquía castrista, asustan, pero parece que todo sigue normal en el país, y que la violencia de género no es una preocupación para nadie.
El año anterior, según las fuentes mencionadas, en Cuba ocurrieron 34 feminicidios, pero al ritmo de los dos primeros meses de 2023, esos indicadores pueden casi triplicarse. Mientras, en unos días se elegirá un nuevo parlamento, con mucho menos miembros, que tendrá entre sus prioridades, como todos los anteriores, defender a la revolución, pero no al pueblo.
Ya el año anterior se aprobó un nuevo Código de la Familia. Se debatió hasta en los más intrincados lugares del país para que las personas le quitaran la atención a lo otro que llevaba la nueva Constitución, entre ellos el papel rector del partido sobre la sociedad y el Estado, entre otras muchas aberraciones jamás vistas en país alguno en ningún momento de la historia.
Luego se aprobó, sin consulta popular, un nuevo Código Penal, que da a las autoridades -que incluyen el Partido, el Gobierno, la Policía y la Fiscalía- poderes especiales para sancionar a cualquiera hasta por hablar mal de un dirigente o de un personaje público.
Ese código convirtió en infalibles no solo a los Díaz Canel ,los Castro y los Manuel Marrero, sino hasta la partida de ineptos que dirigen en cualquier nivel. Y ni hablar de los policías o los militares.
De esas cosas ha ido a hablar a Europa Mariela Castro, hija del hombre que manda en Cuba y de la mujer que dirigió por casi medio siglo la única organización femenina de la isla. Nadie, sin embargo, se ha pronunciado por los constantes hechos de violencia de género.
Salvo un comunicado del ministerio del Interior para intentar lavar la imagen de la policía, tras el asesinato a machetazos de una joven por su expareja dentro de una unidad policial, los medios cubanos no se pronuncian, al menos no en los últimos tiempos, aunque Cubadebate hizo referencia al tema en algún momento.
«¿Estamos ante una ola de feminicidios en Cuba? Es difícil saberlo, no conocemos si efectivamente están muriendo más mujeres, o si ahora nos enteramos más. No tenemos todos los datos que necesitamos», dice el artículo firmado por Ania Terrero y Dixie Edith, hija y madre, en un artículo publicado en el referido medio.
Luego de leer esas líneas, a uno se le pierden las ideas, porque es increíble que dos periodistas digan que no saben si es que ocurren más feminicidios o ahora se enteran más, como si el gobierno no tuviera control de esos casos, no se reportaran -aunque no salgan en los medios para intentar mantener al turismo cerca.
Nada, que mientras en algunos países la lucha contra la violencia de género es parte del pan de cada día de los gobiernos de turno, en la Cuba de Raúl Castro y Díaz Canel eso no tiene mucha importancia, porque ni en las causas de esos fenómenos ahondan, tal vez para que la opinión pública no llegue a la conclusión de que ellos son también los culpables.

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