El arroz se dispara en Cuba y casi alcanza al dólar

ARCHIVOSEl arroz se dispara en Cuba y casi alcanza al dólar

Por Anette Espinosa

La Habana.- El arroz es el elemento fundamental en la dieta del cubano. Puede que en la mesa del cubano común no haya carne de cerdo, pescado, frijoles o huevos en meses, pero arroz tiene que haber, porque acá se come arroz y otras cosas. No otras cosas acompañadas por el arroz, pero ni eso se encuentra ya. No hay arroz importado, ni cosechado en Cuba.

En el presente mes, la partida de alimentos que se entregan por la libreta de abastecimientos, no estuvieron completos, y de arroz, en muchos lugares, solo se entregaron un par de libras. A estas alturas de mes, todavía hay lugares donde los consumidores no ha podido comprarlas. Y eso ha disparado los precios del cereal a límites insospechados.

En algunos lugares de las provincias de Ciego de Ávila, Villa Clara, Camagüey, Matanzas y Mayabeque, la libra de arroz se cotizó hasta a 150 pesos, toda una locura si tomamos en cuenta el salario medio en Cuba, o lo que puede cobrar un anciano de jubilación.

A los analistas, nada de esto los asusta. Sabían que el precio del arroz se iba a disparar, porque el gobierno no tiene dinero para comprar en ningún mercado, incluso ni en Vietnam, que se ha cansado ya de los constantes pedidos de donación de los Castro Canel.

Hanoi le dona cada año a Cuba, desde hace mucho tiempo, 30 mil toneladas de arroz, que no constituye una cifra menor, pero que es insuficiente para garantizar el consumo mínimo en dos semanas, por ejemplo. Y encima de eso, ya Cuba no compra, o no puede comprar en Brasil, Uruguay o Bolivia, como hizo hasta no hace mucho tiempo atrás.

A los cubanos no les gustaba mucho el arroz vietnamita y hasta hace tres o cuatro años preferían pasar de él, en favor de otros, pero ahora mismo todo el que tiene que alimentar a su familia en la isla, prefiere al arroz del país asiático al que se vende en algunos lugares y que es cosechado en el país.

El cubano, dicen, no hay forma de que cocine bien, y tiene machos, piedras, tierras, y se necesita mucho tiempo escogerlo, una labor que es casi un “privilegio” de Cuba, porque todos sabemos que en la totalidad de los países del mundo el arroz se compra listo para cocinar, por lo limpio.

Si en estos momentos la carne de cerdo se cotiza por encima de los 400 pesos la libra, no sería extraño que el arroz superara los 200 en cualquier momento, porque, de hecho, los paqueticos que se venden en las tiendas MLC a más de tres unidades de esta moneda, no sobrepasan el kilogramo, lo cual eleva enormemente su pecho.

Y en estos días, a diferencia de meses anteriores, el arroz en las tiendas MLC se agotó, a pesar de que parecía imposible que el cubano normal destinara una parte de sus fondos para adquirirlo por esa vía.

El arroz, sin embargo, no es lo único que escasea en la isla comunista. Tampoco hay aceite de cocina, detergentes, pollo, no hay verduras más allá de la que se pueden encontrar casi de milagro en algún lugar, todo eso en medio de una sequía que comienza a generar intranquilidad entre la gente que trabaja el campo.

A mí, como cubana que va a la bodega, me gustaría saber hasta cuándo durará la escasez de arroz, o cuándo volverá a ver aceite en los mercados, o frijoles, incluso carnes, aunque sea de pollo, para poder adquirirlos libremente. Pero yo sé que eso no ocurrirá. Los cubanos somos parte de un proyecto diabólico que intenta probar que un pueblo puede vivir sin comer. O no tanto sin comer, pero sí sin comer todo lo elemental.

La escasez de alimentos, además de la inexistencia de transporte público, de precios desorbitados para todo, de la falta de libertades y de la violación constante de los derechos humanos, ha provocado una estampida sin igual de los cubanos, que prefieren irse a cualquier país, incluyendo a Haití, antes que permanecer en la isla, donde corren el riesgo de morir de cualquier causa, hasta de hambre, o de falta de medicamentos.

Así va Cuba, mientras los dirigentes más importantes se pasean por las provincias por las que han sido nominados como candidatos a delegados a la Asamblea Nacional, y les dicen a esas personas con las cuales se reúnen que no pierdan la esperanza, que todo saldrá adelante. Pero ese discurso, viejo y manido, no va a devolver el arroz a la mesa de los cubanos, por solo citar el elemento más importante de la dieta de las personas de esta ínsula.

Check out our other content

Check out other tags:

Most Popular Articles

Verified by MonsterInsights