Por Anette Espinosa
La Habana.- Hace siglos, las personas llevaban el dinero -en monedas- en una especie de monedero o bolsa, al que también llamaban talego, escondido en la ropa, y cuando los malhechores se daban cuenta de esto, apuntaban al lugar y decían ‘aquí hay gato encerrado’, para luego robárselo, utilizando cualquier artimaña. Y a mí se me antoja que, con los apagones generalizados en la parte oriental del país, debe haber algún minino escondido.
El martes se produjo el tercer apagón en una semana. Desde la provincia de Cienfuegos, hasta la de Guantánamo, todo se quedó sin corriente, ahora, según la Unión eléctrica, por una avería en una línea de 220 kV que une a las provincias de Matanzas con la de Santa Clara, y a esta con la de Cienfuegos.
Hasta ahí todo parece normal. Es una información más, de esas demasiado raras que los cubanos tenemos que escuchar cada vez más a menudo, pero a ustedes, amigos lectores, no les parece extraño que en menos de siete días hayan ocurrido tres interrupciones de este tipo, siempre con un motivo diferente.
Que si un incendio en un cañaveral, ubicado justo debajo de una línea de alta tensión, que si el llamado Fuego de San Telmo o un error humano, que si apagones controlados por un déficit de 567 MW en la generación, pero lo cierto es que los habitantes del oriente del país viven en una zozobra general por esos apagones generales, que afectan, incluso, a los centros de salud donde hay personas conectadas a equipos esenciales para mantenerlos con vida.
La Unión Eléctrica informa y dice que trabaja en la restauración del servicio y que investiga, pero una y otra vez se suceden situaciones similares, y yo, que soy bastante incrédula, imagino que algún pequeño felino hay escondido en alguna parte.
Me da por pensar que no hay petróleo para mantener en funcionamiento todas las termoeléctricas habituales, más las alquiladas a Turquía, las cuales por alguna razón solo se encuentran en la parte occidental del país, aunque en cualquier momento alguien explica que están para el occidente porque los turcos que tripulan el barco u operan la planta no quieren irse al oriente ni al centro, porque en esos lugares las escaseces son mayúsculas.
Lo único cierto es que cinco millones de cubanos se han quedado sin electricidad varias veces en los últimos días, y, por casualidad, han sido siempre los del centro-oriente de la isla, como si la mala suerte de esos fenómenos casi paranormales afectara solo a aquella parte del territorio nacional.
Y no es que el error humano o el Fuego de San Telmo ocurra en Guantánamo y prive solo a esa provincia, sino que lo hace en el centro, para generar el corte eléctrico de una inmensa región que, por suerte, nunca incluye a la capital del país, protegida desde hace mucho, también por suerte, de los extensos y molestos apagones.
En cualquier momento, adelanto, se producirá un corte generalizado, que incluirá a las provincias de alrededor de La Habana y llegará hasta Pinar del Río, incluyendo, por supuesto, a las del centro y el oriente del país, pero sin tocarnos a nosotros acá, en La Habana. E igual, la justificación será la misma, y las personas volverán a estar muchas horas sin electricidad.
Y eso que solo estamos agotando el mes de febrero, que es aún invierno -si se le puede llamar invierno a este tiempo en Cuba- y que los meses más duros están por delante.
Creo que Díaz Canel y su cuadrilla de incapaces deben buscar una justificación mejor, más creíble, más sólida o mejor argumentada, porque eso de que la corriente solo se va para todo el centro y el oriente, cada vez más a menudo, no se lo cree nadie. Yo, por si acaso, sigo viendo gato encerrado, y solo se me ocurre pensar que es otra jugada para ganar tiempo, que es lo único que no le queda al castrismo.
Los apagones generales tienen gato encerrado
