Por Fernando Clavero
La Habana.- A comienzos del año anterior, el dólar inició un alza imparable en Cuba y llegó a cotizarse hasta a 200 pesos cubanos por unidad, pero para finales de 2022 comenzó un proceso de caída moderado que lo llevó hasta los 160 pesos, en un bajón que para muchos resultaba inexplicable. Ahora, de nuevo, vuelve el repunte de la moneda americana.
Las oscilaciones de la referida moneda en Cuba son inexplicables, y ni el más avezado de los estudiosos del tema puede asegurar con mayor o menor exactitud qué ocurrirá la próxima semana, pero lo cierto es que ahora la moneda de Estados Unidos cotiza al alza, aunque eso represente poco para el cubano común.
En las últimas horas el dólar llegó hasta los 171 pesos cubanos y, aunque lo hace más lentamente que el año anterior, parece que sigue su camino en busca de los 200 pesos, o cualquiera sabe si más, y eso que ya la Ruta de los volcanes está cerrada para los migrantes, y los cubanos no andan como locos a la compra de miles de dólares con los cuales pagar al menos una parte del trayecto.
En Cuba, por años, se decía que el precio de la carne de puerco y el dólar iban de la mano. De hecho, cuando el gobierno estableció en 25 pesos el precio del CUC, la libra de cerdo también se estabilizó en, más o menos, el mismo valor, pero todo eso saltó por los aires luego de la pandemia del coronavirus y el reordenamiento establecido por el gobierno.
Cuando el dólar estaba a 25, la mayoría de los cubanos no ganaba 20 dólares al mes. Ahora, al precio actual y con los salarios establecidos, puede que algunos ganen un poco más que esa cifra, pero tampoco pueden resolver nada con ellos, porque no hay mucho que comprar. O nada, porque en dólares no se compra nada en ninguna parte, hay que convertir los pesos en MLC para tener acceso a los precios prohibitivos de esas tiendas, donde tampoco es que haya mucho.
De cualquier manera, aún las personas andan detrás de los dólares, por motivos tan diferentes como que no le tienen ninguna fe a los bancos y prefieren guardar sus ahorros o fortunas en una moneda fuerte, no vaya a ser que el peso cubano continúe su acelerada devaluación.
También están los que quieren aprovechar la caída en el precio de las casas, e intentan comprar una, y tienen que hacerlo en dólares, porque nadie quiere pesos cubanos. Y por último, necesitan dólares los que aún se van al extranjero, por patrocinio a los Estados Unidos, o a cualquier otro lugar con tal de salir del infierno en que los Castro y su marioneta Díaz Canel han convertido al país.
Y lo del dólar y la carne de cerdo ya no tiene equivalencia y parece que nunca más la tendrá, porque mientras la moneda estadounidense llega a los 171 pesos, la libra de cochino anda por tres veces ese valor, y no tiene visos de bajar, al menos en el futuro inmediato, porque las empresas porcinas no tienen cómo sostener la demanda, ni los productores particulares, sobre todo porque les falta alimentos
El tema de las monedas en Cuba nació con distrofia desde el reordenamiento, aunque sus problemas datan de mucho antes, de cuando el castrismo decidió, ante la caída rauda del peso cubano, allá por 1993, establecer el CUC. Desde mediados de los 90 algunos analistas predijeron la desaparición de la dualidad monetaria, pero cuando todos pensaban que el país volvería a una sola moneda, aparecieron otras.
Y así anda Cuba ahora. Si tienes dólares no puedes comprar con ellos, al menos no en el sistema normal de tiendas. Si tienes MLC solo puedes ir a unos mercados donde venden muy poco y a precios desorbitados, y si tienes pesos cubanos, te puedes limpiar con ellos, que ya no tienen valor alguno. Y lo peor es que en eso le pagan a los trabajadores.
El dilema es complicado de resolver, y el gobierno de Díaz Canel ya dejó demostrado que no tiene capacidad para resolverlo.