Por Jorge Sotero
La Habana.- La Comisión Nacional de Béisbol de Cuba acaba de anunciar la fecha de inicio de la nueva temporada nacional. Los dirigentes del INDER y los del pasatiempo nacional convocaron a la prensa y les informaron la fecha de arranque, del parón por los Juegos Centroamericanos, del inicio de la postemporada y de un Juego de Estrellas que aún no tiene sede, entre otras cosas menos trascendentales, como la visita de un equipo ruso.
El vicepresidente del INDER, Omar Venegas, fue quien tomó la palabra para decir que la Serie Nacional arranca el 22 de marzo y que la etapa clasificatoria finaliza el 3 de junio, con lo cual se detendrá el torneo para preparar a un equipo que vaya a los Juegos Centroamericanos, cuando hubiera sido más fácil escoger una selección entre los jugadores que no lleguen a los play off.
Solo de ese párrafo salen muchas interrogantes, la primera de ellas: por qué el más importante evento deportivo del país no tiene una fecha fija de inicio y fin, de arranque de postemporada. Incluso, se podría preguntar cómo son capaces de detenerlo.
Luego de los Centrocaribes, que tendrán como sede a El Salvador, se iniciará la postemporada. Entonces los equipos tendrán que volver a coger su forma, si es que los jugadores que quedan en el país pueden alcanzar una forma óptima como para dar un buen espectáculo. Y eso durará hasta inicios de agosto, pero puede ser a finales -digo yo- y no pasaría nada.
El Juego de las Estrellas se realizará después de todo ese arranca y para, cuando ya la serie tuvo su clímax en la discusión del título, para restarle aún más interés, mucho más del que ya no tiene, porque como espectáculo no aporta absolutamente nada desde hace muchos años, sobre todo porque no hay estrellas que mostrar.
Otra de las novedades es importantes que anunció el tal Venegas: los equipos solo podrán recorrer 500 kilómetros, como máximo entre una subserie y otra. Algo así como que Industriales no puede jugar hoy en Guantánamo y en dos días en sus predios del Latinoamericano. Eso tiene su lógica, sobre todo por el mal estado de las carreteras cubanas y la cantidad de accidentes que ocurren cada semana.
La temporada arrancará en el ‘Mártires de Barbados’ de Bayamo, cuartel general del último campeón, ante Matanzas, y según el vicepresidente del INDER, los ocho primeros equipos en la clasificación en la pasada serie jugarán ocho subseries como anfitriones y siete fuera de casa.
Hasta ahí, aunque cargado todo de incongruencias, es más o menos lo mismo de siempre. Lo bueno viene ahora: el anuncio de que se evaluará la posibilidad de realizar juegos nocturnos en cinco o seis estadios, donde se trabaja para completar la iluminación artificial. Y eso es increíble: en los años 70 y 80 del siglo pasado, con el llamado bloqueo, se jugaba de noche en todas las provincias. Y ahora hay que estudiarlo.
En el Victoria de Girón de Matanzas, intentarán, dicen, usar energías renovables para alumbrar el estadio. Y anuncian la llegada de un equipo ruso, que jugará con una selección nacional, en Morón, la misma que acudirá, posiblemente, a los Juegos del ALBA, lo cual quiere decir que el engendro de competencias con aquel nombre volverá a ocupar, por muchos días, espacios en los medios, sobre todo en la TV, con unos narradores que intentarán emocionarse con un imposible.
Por último, de manera experimental, imagino, el estadio Latinoamericano se convertirá en la primera unidad presupuestada con tratamiento especial del organismo (INDER). Así, con esas palabras lo dicen los despachos de la prensa, que, como siempre, no se cuestionó nada, tomó notas y luego publicó.
Eso arrancará a partir de marzo, y consiste en que el 70 por ciento del presupuesto de la instalación se lo entregará el organismo central, en tanto el propio estadio debe aportar el otro 30 por ciento. Y esto me recuerda que cuando Luis Cartón era -no sé si será, el administrador del Latino, traía personal de los estadios de Las Tunas y Guantánamo a cobrar las entradas cuando Industriales llegaba a postemporada y el Coloso del Cerro se llenaba.
Le decían entonces Latunamericano, y esa idea surgió a raíz de una recaudación de 3.800 pesos cubanos un día de estadio lleno, se supone que por unas 30 mil personas que pagaron su entrada de un peso de los de entonces.
Aaaah, y ahora, según el referido vicepresidente del INDER, pretenden vincular el principal estadio de Cuba, que por demás se cae a pedazos, con el turismo y crear tiendas para vender souvenires y esas cosas de las que hablan siempre.