Oscar Durán
Como va Cuba, los habitantes que quedan necesitarán un milagro -o un patrocinador- para escapar de esta tremenda crisis. El dólar anda por 170 pesos, la carne de cerdo desapareció, el aceite de comer se puso en modo invisible. Vas caminando por la calle el martes y te encuentran muerto el viernes sin tu celular en una laguna de oxidación. Los apagones, ni hablar. ¿Qué me dices de los huevos?
Ah, pero tranquilos, cubanos. Tendremos pronto una fábrica de harina de yuca en Artemisa para acompañar a las de Camagüey y Cienfuegos. Esta nueva instalación contará con una capacidad diaria de producción de 200 a 1,200 kilogramos de dicho producto. ¿Y saben una cosa? Podemos comprarlo en la red de comercios estatales artemiseños y en las tiendas en divisa. Una burla total.
¿Cuántos pobladores de Artemisa se beneficiarán de esos 1200 kilos. ¿ De dónde saldrá tanta yuca, porque no es marabú, que se da botado ?
Todos estos inventos que la dictadura anuncia “para el bien del pueblo” constituyen un golpe en el mentón a los millones que aún permanecen allí. El cubano se va quedando sin fuerza, diezmado por un éxodo histórico y por estrategias absurdas que hacen perder hasta las ganas de vivir.
¿Quién nos iba a decir que en pleno 2023 nuestro desayuno sería un pan de harina de yuca? Es duro y da más rabia cuando sale un porrista ideológico a decir que la yuca tiene miles y miles de propiedades. Con este tipo de gente debemos ser desobedientes y darle no uno, si no tres parones. A falta de comida, por lo menos valentía hay que tener.
Mientras, Miguel Diaz Canel viajará este sábado a México para reunirse con su par Andrés Manuel López Obrador. Un pancito de yuca no viene mal como obsequio para AMLO. Adviértanle, por favor, que tenga cuidado y no se atragante.